Scotland Yard: gas, pistolas eléctricas y cañones de agua en bien del orden público
El uso de gas lacrimógeno CS, cañones de agua y pistolas paralizantes ‘Taser’ podría autorizarse para dispersar las manifestaciones. El debate ya está en la agenda del Gobierno y la Policía británica.
Según un informe de Scotland Yard, para garantizar el orden público las autoridades están a punto de autorizar el empleo tanto del gas químico (que puede causar desde leves daños respiratorios hasta la parálisis o la muerte) como de cañones de agua (hasta ahora sólo empleados en Irlanda del Norte).
¿Decisión ya tomada?
La compra de cañones por alrededor de 1.6 millones de dólares está en el centro de los debates en el país. Mientras tanto, la prensa británica asegura que el Gobierno está dispuesto a pagar la factura pues es un arma "ampliamente reconocida como una táctica eficaz para dispersar a los agresores".
Al mismo tiempo, los medios destacan que las autoridades están desarrollando "tácticas más agresivas" para hacer frente a los posibles disturbios y que necesitan métodos aún más "flexibles y dinámicos" para dispersar a los manifestantes.
Por su parte, las autoridades aseguran que con esta medida responden a las peticiones de algunos ciudadanos hechas tras los disturbios violentos de Londres en agosto pasado, en los que se registraron numerosos delitos.
El gas lacrimógeno CS fue creado inicialmente en 1928 por los químicos estadounidenses Ben Corson y Roger Stoughton y ha sido el arma más usada por la Policía y el Ejército de varios países. En 1960, el CS fue adoptado oficialmente por el Ejército estadounidense, que lo emplea con frecuencia en los disturbios o para dispersar manifestaciones.