EE. UU. califica los planes de las autoridades norcoreanas de lanzar un cohete de largo alcance de “altamente provocadores”. Según Washington, este proyecto violaría directamente las obligaciones internacionales norcoreanas. Corea del Sur unió su voz a la queja estadounidense, y habló de “provocación grave”.
Moscú exhorta a Corea del Norte a abstenerse de lanzar el satélite artificial. "La información sobre el próximo lanzamiento del cohete norcoreano causa cierta preocupación", señalan las declaraciones del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.
"Llamamos a Corea del Norte a no oponerse a la comunidad internacional y a abstenerse de acciones que agraven la situación en la región y creen complicaciones adicionales para reiniciar los diálogos sobre el problema nuclear en la península coreana", advirtió el Ministerio ruso acerca de la cuestión.
El viernes las autoridades de Corea del Norte anunciaron sus planes para lanzar un nuevo cohete de largo alcance, lo que violaría la prohibición impuesta por el acuerdo de desarme firmado por los norcoreanos. Sin embargo, Pyongyang argumenta que se trata de un cohete espacial que pondrá en órbita un satélite.
El Consejo de Seguridad de la ONU califica el lanzamiento del cohete norcoreano de largo alcance de violación de las exigencias del mismo Consejo, según afirmó el presidente del organismo, Marc Layel Grant.
"La postura del Consejo de Seguridad de la ONU consiste en que todas las resoluciones deben ser cumplidas. En el caso de que este proyecto se lleve a cabo, será una violación de la resolución del Consejo", sostuvo el diplomático.
El mes pasado Corea del Norte firmó un acuerdo que, entre otras cosas, prohíbe los ensayos de misiles de largo alcance y frena las investigaciones nucleares a cambio de alimentación. El despegue del cohete debe tener lugar entre los próximos 12 y 16 de abril, fecha fijada para que coincidiera con el cumpleaños 100 de Kim Il Sung, el primer líder del país.
En 2009 Corea del Norte ya realizó un lanzamiento similar, después del cual declaró que había logrado poner en órbita un satélite propulsado por un cohete de largo alcance. Sin embargo, tanto EE. UU., como Corea del Sur anunciaron que, según sus datos, ningún satélite había alcanzado una órbita terrestre.
Aquel lanzamiento fue recibido con críticas por la comunidad internacional: muchos países consideraron que de esa forma el país violó la prohibición de la ONU a la actividad norcoreana que atañe a los misiles balísticos.