El soldado estadounidense que presuntamente mató a 16 civiles en la provincia afgana de Kandahar fue identificado como el sargento primero Robert Bales.
Bales, de 38 Años, llegó a Afganistán el pasado diciembre con el segundo batallón del tercer Regimiento de Infantería de la 3ª brigada Stryker, segunda división de Infantería, con sede en la Base Conjunta Lewis-McChord, al sur de Seattle.
El único sospechoso 'oficial' de la matanza fue evacuado esta semana a Kuwait, donde evitaría eventuales acciones de la justicia afgana. Más tarde fue trasladado a una base militar en el estado de Kansas (EE. UU.). Tras revelar el nombre del sospechoso, los medios norteamericanos han informado de que el soldado podría haber cometido la atrocidad bajo los efectos del alcohol.
La masacre del domingo pasado dejó 16 víctimas mortales, entre ellas nueve niños y tres mujeres. Se vertieron químicos sobre los cadáveres y se les prendió fuego.
Según la versión de Washington, el autor de la masacre actuó por sí sólo. Pero la comisión parlamentaria afgana concluyó en su investigación, que en la matanza de civiles ocurrida en la provincia de Kandahar, habrían participado de 15 hasta 20 soldados de EE. UU.
"Eso es un asesinato, una matanza deliberada de civiles inocentes que no se puede perdonar", dijo el presidente afgano, Hamid Karzái, que reconoció que su país está "en una situación límite" debido al desinterés demostrado por EE. UU. a la hora de cooperar en la investigación de la matanza.
El analista internacional Daniel Jadue cree que los culpables de la matanza deben ser juzgados en Afganistán para impedir que las autoridades norteamericanas traten el asunto como un daño colateral, en vez de un crimen de lesa humanidad.
"Lo lógico sería que EE. UU. entregara a sus efectivos militares a la justicia de Afganistán y que ellos tomaran en sus manos porque esto es un delito de lesa humanidad. Aquí hay un asesinato cruel que no tiene ninguna justificación y que no puede seguir siendo tratado como daño colateral que es lo que normalmente los norteamericanos, israelíes y Occidente tratan a sus errores en tiempos de supuesto conflicto para justificar cualquier matanza que realizan", opina el experto.