Dos potentes explosiones sacudieron Damasco, la capital de Siria, la mañana del sábado.
Entre las más de cien víctimas del doble atentado figuran tanto agentes de seguridad como civiles, tratándose la mayoría de los afectados de niños y ancianos. Según el balance de víctimas del ministro sirio de sanidad, los muertos ascienden a 27 y los heridos a 140.
Según la información de la agencia estatal siria, una de las explosiones tuvo lugar cerca de la sede de Inteligencia del país, mientras que la otra se registró junto a la sede de la policía local y la plaza que días antes fue escenario de una manifestación en apoyo del presidente actual Bashar al-Assad. Ambos atentados fueron perpetrados por terroristas suicidas que usaron coches bombas.
Hasta el momento nadie se ha atribuido la responsabilidad por los ataques, que se producen dos días después del aniversario del inicio de las protestas contra el gobierno de al-Assad.
Desde ese momento las protestas populares degeneraron en un conflicto armado entre las tropas gubernamentales y los opositores. Según estimaciones de la ONU, desde su inicio murieron ya más de 8.000 personas.
Misión de la ONU
La misión técnica de la ONU llegará a Siria el 18 de marzo para entablar consultas sobre la resolución de la crisis en el país árabe, anunció el viceministro ruso de Exteriores Guennadi Gatílov. “Es un paso importante en la dirección correcta”, añadió.
La misión llegará tras la visita del enviado especial de las Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan, que trasladó a las autoridades sirias las propuestas internacionales sobre la pacificación. El gobierno sirio dijo que se declara dispuesto a colaborar con Anna, pero que no renunciará a continuar la lucha armada contra los grupos terroristas.