Ban Ki-moon: "La situación en Siria es inaceptable"

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó como "inaceptable" la situación en Siria, donde además de la violencia no hay consenso entre los grupos sociales sobre las reformas políticas. Ban Ki-moon anunció que un "segundo adjunto" de Naciones Unidas y de la Liga Árabe viajará pro

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó como "inaceptable" la situación en Siria, donde además de la violencia no hay consenso entre los grupos sociales sobre las reformas políticas.

Ban Ki-moon anunció que un "segundo adjunto" de Naciones Unidas y de la Liga Árabe viajará pronto a Damasco para ayudar a Kofi Annan a cumplir su misión en Siria.

Mientras tanto, las fuerzas de Bashar al-Assad mantienen una operación militar contra la oposición armada en los suburbios de la capital, según la cadena Al Arabiya. Pero pese a la inestabilidad y los constantes enfrentamientos, Siria vive momentos históricos tras la ratificación de una nueva Constitución a través de un referéndum.

Los intentos de ampliar la oferta política en el país pueden verse en todos lados. En carteles pegados en las calles de Damasco puede verse propaganda a favor de Al Ansar, uno de los ocho nuevos partidos políticos que existen en Siria.

Finalmente la puerta del activismo político que estuvo cerrada durante muchos años se ha abierto. "Debemos utilizar y activar la vida política de los ciudadanos", afirma Zafer Alkotob, fundador de Al Ansar.

Tras casi cinco décadas de monopolio político nuevos grupos surgieron a partir de las revueltas en el país, pero la ausencia de debate en la sociedad y la falta de confianza en los políticos son dos obstáculos importantes a superar. No obstante, el problema inmediato es que una gran parte de la oposición advierte que hasta que no se detengan los disparos del Ejército de Bashar al-Assad no habrá diálogo.

"Nadie en Siria se sentará en una mesa de diálogo con el régimen mientras haya asesinatos en las calles y bombardeos en las ciudades", afirma Abdalaziz Khayyer, portavoz del Comité de Coordinación Nacional.

Sin embargo, el gobierno insiste en resaltar la aprobación de la nueva Carta Magna hace tan solo unas semanas. El Ejecutivo la califica como "histórica" y la considera un avance en la larga lista de reformas implementadas desde el inicio de las protestas.

Esto junto a las nuevas formaciones políticas son ejemplos de la 'buena voluntad' que esgrime el régimen de Al-Assad, como lo hizo con la declaración de amnistía para los presos políticos, la nueva ley de medios o la derogación del estado de emergencia de 1963.

"Es cierto que el país ha estado estancado durante mucho tiempo, pero el sistema multipartidista allanará el camino hacia el desarrollo y la competencia política. Y en la nueva Siria habrá espacio suficiente para todos, también para la oposición y para los que están indignados", dice Ahmad Al Haj Ali, integrante del oficialista Partido Baaz.

Pero los manifestantes ya no exigen más reformas, para ellos es indispensable la renuncia del presidente. Los detractores de Al-Assad sostienen que sus concesiones son espejismos de oasis en medio del desierto antidemocrático.

"Por supuesto que las reformas son falsas. Cien por ciento palabrería. No creemos en el régimen. La gente no cree en el gobierno. Ya le hemos dado muchas oportunidades y nunca ha cumplido sus promesas", dice Abdalaziz Khayyer, portavoz del Comité de Coordinación Nacional.

La nueva sangre de la política siria considera que el próximo 7 de mayo, día de las elecciones legislativas, será decisivo para el país. Esperan que el Parlamento poco a poco tenga una mayor pluralidad.

 “Puedo describir la situación como dolorosa, pero la debemos resolver todos juntos. Nosotros pedimos a todos los partidos que comencemos el diálogo. Las soluciones militares y la intervención de países extranjeros son peores", subraya Zafer Alkotob, fundador del partido Al Ansar.

Para algunos analistas el conflicto ha dado a la oposición una mayor presencia en el país y sus líderes nacionales ahora son más conocidos. Sin embargo, el Ejecutivo acusa a sus detractores de rechazar todo tipo de cambios e incluso de no querer poner fin al caos que impera en el país.

"Hay gente con salarios en dólares que quiere destruir el país. No quieren cambios ni quieren permitirlos. Ellos quieren minar las reformas y nosotros tenemos que resistir con paso firme", opina Ahmad Al Haj Ali, integrante del oficialista Partido Baaz.

Mientras tanto, lejos del debate político, muchos ciudadanos ven cómo la cifra de muertos y heridos sigue creciendo y cómo cualquier posibilidad de diálogo y de reconciliación en el país se diluye.

La nueva Constitución establece nuevos parámetros para la vida política y social del país, pero tendrá que pasar mucho tiempo para que estos cambios den algún fruto, sobre todo si el terreno en el que siembra está minado.