Robert Bales, el militar estadounidense acusado de haber asesinado a civiles afganos, se enfrenta a 17 cargos oficiales de homicidio premeditado. La máxima pena en caso de que se le encuentre culpable de estos crímenes podría ser la pena de muerte, según fuentes militares.
El abogado del militar señaló que su defensa estará basada en el argumento de que Bales había sufrido un desorden postraumático antes del trágico suceso y afirma no recordar el momento de la masacre.
En este caso, la responsabilidad debería recaer sobre la administración militar que envió a la guerra a una persona mentalmente incapaz, según la opinión del profesor de la Universidad de California en Los Ángeles Raúl Hinojosa.
“Es obvio que hay un gran problema de moral y disciplina dentro de las fuerzas militares de EE. UU. en Afganistán”, añade el experto.
Los hechos ocurrieron el pasado 11 de marzo cuando Bales, según la investigación, se introdujo en varias viviendas de una provincia del sur de Afganistán y disparó sin razón conocida contra los residentes, matando a 17 civiles, entre ellos nueve niños y tres mujeres.
“El caso del sargento Robert Bales podría ser un ejemplo del pésimo estado psicológico y emocional de las tropas norteamericanas en Afganistán y otros países de Oriente Medio”, considera el vicedecano del Colegio de Periodistas Cubano-Americanos, Eladio José Armesto.