La misión de Kofi Annan es, probablemente, la última oportunidad para que Siria evite una prolongada guerra civil. Así lo ha afirmado el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, durante su reunión con el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para el conflicto sirio.
“Vamos a ofrecer toda la ayuda a cualquier nivel y en distintas áreas, en las que Rusia es capaz de ofrecer tal ayuda”, agregó Medvédev. A su juicio, hay que dar tiempo a Annan para que trabaje en Damasco y sólo después de eso adoptar unas nuevas resoluciones en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La reunión tuvo lugar en el aeropuerto moscovita de Vnúkovo, desde donde el presidente ruso partió para una cumbre internacional dedicada a la seguridad nuclear en Seúl. A su vez el representante especial de la ONU salió rumbo a China, el segundo país que en dos ocasiones había vetado los proyectos occidentales de resoluciones contra Siria.
“Realmente pensamos que podremos, como siempre, contar con la ayuda y los buenos consejos por parte de Rusia”, respondió Annan. “Con mi participación y la de otros mediadores –añadió el enviado de la ONU- podremos aplicar los esfuerzos necesarios para poner fin a este conflicto difícil y sangriento, para asegurarnos que llegue la ayuda humanitaria a todos los que la necesitan, para que se establezca la paz en la región”.
Según opinan los diplomáticos rusos, el plan de Kofi Annan para Siria puede convertirse en realidad, ya que las autoridades sirias están listas para la colaboración. De eso advirtió el ministro adjunto de Asuntos Exteriores de Rusia, Guennadi Gatílov, al término de los encuentros del enviado especial de la ONU llevados a cabo en Moscú.
“El plan de Annan tiene buenas oportunidades para realizarse, si tanto las autoridades, como la oposición siria colaborarán con él”, precisó el funcionario en su cuenta de Twitter.