El Sumo Pontífice Benedicto XVI ha llegado a Cuba, donde hablará en defensa de las libertades individuales, particularmente de la libertad religiosa. El carácter de la visita no será político, sino misionero: el discurso del Sumo Pontífice se centrará en Jesucristo y en la Nueva Evangelización.
Después de visitar el muy católico México, Benedicto XVI apunta a afianzar lazos entre las dos instituciones más influyentes - el Estado y la Iglesia - de la isla multiconfesional, donde la Iglesia Católica es minoritaria y al menos 40% se considera ateo.
En una entrevista concedida mientras se dirigía a América Latina, el Santo Padre declaró que la ideología marxista ya no responde a la realidad y pidió un nuevo modelo para Cuba.
Sin embargo, Pedro González Munne, director del periódico La Nación Cubana, le comentó a RT que solo los habitantes de la isla deben decidir "qué tipo de sistema político, de Constitución y de vida tener". Asimismo, el experto agregó que "el marxismo o socialismo y la fe no tienen ninguna contradicción".
"Cuba lo recibe con afecto y respeto y se siente honrada con su presencia", dijo Raul Castro, quien saludó al Sumo Pontífice al pie de la escalera del avión. "Nos satisfacen las estrechas relaciones entre la Santa Sede y Cuba", agregó el gobernante y destacó la "coincidencia en asuntos vitales" entre ambos Estados.
Cuba ya tuvo una visita papal hace 14 años. Su Santidad el Papa Juan Pablo II, ya hoy declarado beato y venerado como santo por millones de personas alrededor del mundo, realizó una inolvidable visita pastoral de cinco días a la isla en enero de 1998.
"La gente necesita esperanza en Cuba, de una vida más digna, más de Dios y esperan eso del Papa, un mensaje de aquello que ya predijo Juan Pablo II, que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba y que los cubanos seamos protagonistas de nuestra historia", comentó el sacerdote Rolando Montes de Oca, uno de los responsables de la actividad.