Libia: la democracia de la OTAN sigue sin funcionar

La guerra terminó en Libia hace casi medio año, pero algunas milicias que lucharon contra el régimen no se muestran dispuestas a pasar página. Miles de ciudadanos -que supuestamente apoyaron al ex líder Muammar Gaddafi- siguen en centros de detención de forma arbitraria y controlados por estos gr

La guerra terminó en Libia hace casi medio año, pero algunas milicias que lucharon contra el régimen no se muestran dispuestas a pasar página. Miles de ciudadanos -que supuestamente apoyaron al ex líder Muammar Gaddafi- siguen en centros de detención de forma arbitraria y controlados por estos grupos armados.

Pero otros, sin embargo, corrieron peor suerte. A los pocos días, pasaron a engrosar la lista de muertos en Libia. Tras el tercer día de choques tribales en la ciudad de Sabha (en el sur de Libia) murieron al menos 70 y 150 resultaron heridos, en el marco de los continuos enfrentamientos que surgieron después del cambio de régimen.

Además, recientemente varias organizaciones internacionales de derechos humanos pidieron que se investiguen los casos de civiles asesinados tras el derrocamiento de Muammar Gaddafi.

Desasosiego en los familiares de las víctimas

Los organismos han puesto el acento no en los supuestos crímenes de las antiguas autoridades, sino en los bombardeos que realizó la OTAN. Cuando justamente se cumple un año desde que se produjera el primer ataque al país, la Alianza Transatlántica aún no ha dado ningún tipo de respuesta.

"Es profundamente desalentador que después de varios meses de haber terminado la campaña militar, las víctimas y las familias de las personas asesinadas por los ataques aéreos de la OTAN sigan sin saber qué ocurrió ni quiénes fueron los responsables", dice Donatella Rovera, miembro de la organización de derechos Amnistía Internacional.

Pero el desasosiego también llega por parte de aquellas familias cuyas víctimas llegaron por parte del régimen de Gaddafi. Dentro del propio país, algunas asociaciones están buscando la reconciliación de su pueblo. La forma: investigan los asesinatos que dejó tras de sí la guerra. Algunos de ellos no pueden creer lo que hizo el ex líder libio.

"Cómo pudo matar de esa manera a su propia población. Uno no puede entender cómo teniendo a una persona delante se la puede asesinar sin escrúpulos. Y ahora, claro, la situación no es fácil", apunta Mohamed Miloud, vicepresidente de la organización de desaparecidos Mitiga.

Victoria que de pronto en desorden se convierte

Precisamente tras la guerra, el Gobierno de transición no ha podido tomar las riendas del país y, según reconocía la ONU hace solo unas semanas, en Libia reina la anarquía.

Hasta organizaciones como Médicos Sin Fronteras decidieron abandonar el país porque denunciaron que en lugar de atender a los detenidos, heridos de guerra o enfermos, trataban repetidamente a los mismos pacientes entre sesiones de tortura.

Por su parte, ciudades como Tawarga o Sirte han quedado casi abandonadas debido al miedo de muchos ciudadanos a que haya una revancha por parte de ciertos grupos milicianos que apoyaron las revueltas.

Asimismo, algunos analistas creen que hay que detener la violación de derechos humanos pero, además, se debe ser consciente de la encrucijada en la que se encuentra el país.

"Después de 42 años de vacío institucional bajo el régimen, lo que no podemos exigir es que un Gobierno de transición que lleva pocos meses y que ha heredado ese vacío cree unas instituciones que funcionen bien", asegura el analista político Juan Garrigues.

De acuerdo con algunos miembros del Gobierno de transición, uno de los asuntos más preocupantes es la impunidad en la que está sumida Libia. Una parte de los ciudadanos tiene dudas sobre una verdadera respuesta por parte de las autoridades y de la OTAN ante los casos de civiles asesinados, y según avanzan los acontecimientos el interrogante se va haciendo mayor.