Benedicto XVI dijo hoy en La Habana que "Cuba y el mundo necesitan cambios", pero que estos solo se darán "si cada uno está en condiciones de preguntarse por la verdad y se decide a tomar el camino del amor, sembrando reconciliación y fraternidad".
Así lo afirmó el Pontífice en la homilía de la misa que celebró en la plaza de la Revolución de La Habana (lugar de los grandes acontecimientos relacionados con la revolución comunista cubana), último acto de su visita de tres días a Cuba. En la tarde del martes, el Pontífice se entrevistó con Raúl Castro.
El obispo de Roma dijo también que para que la Iglesia ejerza su labor plenamente ha de contar "con la esencial libertad religiosa, que consiste en poder proclamar y celebrar la fe también públicamente, llevando el mensaje de amor, reconciliación y paz que Jesús trajo al mundo".
"Es de reconocer con alegría que en Cuba se han ido dando pasos para que la Iglesia lleve a cabo su misión insoslayable de expresar pública y abiertamente su fe. Sin embargo, es preciso seguir adelante, y deseo animar a las instancias gubernamentales de la nación a reforzar lo ya alcanzado y a avanzar por este camino de genuino servicio al bien común de toda la sociedad cubana", agregó.
Miles de feligreses reunidos
Una multitud llenó la Plaza de la Revolución de La Habana para asistir a la misa que ofició el papa Benedicto XVI en su último día de estancia en Cuba.
Peregrinos de todos los puntos de la isla, así como de otros países, han acudido al que se considera el escenario de los grandes acontecimientos y efemérides revolucionarias y donde Juan Pablo II también ofició una misa en su histórica visita de 1998.
Banderas cubanas, vaticanas, carteles con la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de la isla, y parasoles han puesto la nota de color a la muchedumbre que llena la plaza.
En su última jornada en Cuba, el Papa también se ha reunido brevemente con el ex presidente Fidel Castro, según ha confirmado el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.