Este jueves los sindicatos más importantes de España -la Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras– convocan una huelga general en protesta por la reforma laboral propuesta por el Gobierno de Mariano Rajoy.
"Esta tiene que ser una gran jornada. Una marea democrática tiene que recorrer pacíficamente las calles de España. No vamos a caer en la trampa de aquellos que quieren que esto derive en un conflicto de orden público", destacó el secretario General de Comisiones Obreras (CCOO), Ignacio Rodríguez Toxo.
"Es la respuesta justa (...) a una reforma brutal de nuestro marco de relaciones laborales", agregó.
Entre los cambios estipulados figuran la simplificación de los procedimientos de los despidos, la reducción de la indemnización por despido, el derecho de los empresarios de aumentar sin el consentimiento de los sindicatos las horas de trabajo y reducir salarios, lo que dará lugar a una restricción sustancial de los derechos de los trabajadores y limitará posibilidades para crear nuevos empleos en un país con más de 5 millones de desempleados, el 23% de la población activa.
En la manifestación participan médicos, maestros y empleados de los aeropuertos, entre otros. Por esa razón se cancelaron cientos de vuelos, incluyendo los internacionales. La movilización también paraliza el trabajo de transporte urbano, interurbano y el ferrocarril en todo el país.
Más de 100 protestas tienen lugar en todo el país, mientras que la manifestación central finalizará en la Puerta del Sol, en Madrid.
La huelga se realiza tan solo 100 días después de la llegada al poder de Rajoy, quien bajo el pretexto de la lucha contra la crisis adoptó una política de aumentar impuestos y recortar los gastos, incluidos aquellos destinados a satisfacer necesidades sociales.
Se trata de la octava huelga general en 35 años de vida democrática en España.
Un día de cese de actividades, según las estimaciones, cuesta unos 4.000 millones de euros a la economía nacional, en términos de Producto Interior Bruto (PIB). Esta suma casi equivale a la austeridad adicional exigida por Bruselas a España.
La protesta se celebra un día antes de que el Gobierno ratifique los presupuestos generales para 2012, severamente austeros y controlados por los ministros de Finanzas del Eurogrupo.
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