El Pentágono volvió a confirmar el estatus de Honduras como eje estratégico de Washington en Centroamérica. El organismo aumentó su gasto militar en el país en un 70% frente al año pasado, al aportarle 51 millones de dólares.
Además, el presidente de EE. UU., Barack Obama, propone asignar mayores recursos a los militares hondureños del presupuesto exterior del Departamento de Estado. Todo eso a pesar de las múltiples denuncias sobre la corrupción y los abusos perpetrados por las Fuerzas Armadas y de seguridad de ese Estado latinoamericano.
Se espera que una parte de este dinero sea usado en beneficio por las élites locales involucradas en el golpe de Estado de 2009. Los expertos creen que esa política de Washington solo agravaría la violación de los derechos humanos en el país.
Juego de dos caras
"Aun cuando no haya ninguna amenaza por parte de esta región latinoamericana a los intereses norteamericanos, EE. UU. está tratando de fortalecer las fuerzas armadas y la policía que está más que demostrando que viola los derechos humanos todos los días", dice el coordinador de las Organizaciones Campesinas de Honduras y miembro del Frente Nacional de Resistencia, Rafael Alegría.
Además el dirigente agrega que la situación se agrava con la inseguridad y la falta de control de las armas que hay en el país, así fueron perdidas varios lanzagranadas RPG 7, que están en las manos de grupos violentos. Alegría teme que estos grupos podrían atentar contra los partidos opositores LIBRE y el Frente Nacional de Resistencia.
"Creo que a eso debería ponerle atención el Pentágono y el Departamento del Estado y no simplemente mandar más ayuda militar, millones de dólares para reforzar al Ejército y a la policía que no constituyen seguridad para nuestro pueblo", dice.