Las cámaras web instaladas en los colegios electorales de Rusia cumplieron su objetivo: millones de personas pudieron observar los sufragios presidenciales en directo vía internet, lo que permitió registrar irregularidades y dio la oportunidad a ciertas personas de lucirse ante todo el país y convertirse en estrellas de la red. Pero ha llegado la hora de pensar en el futuro de este costoso proyecto.
En Rusia hay más de 90.000 colegios electorales y las cámaras -dos en cada uno - han llegado casi a todos. Muchos proponen usarlas básicamente con fines educativos ya que la mayor parte de los centros de votación se ubicaba en las escuelas.
"El soporte técnico ya está instalado, no hace falta volver a montarlo, y como el programa informático ya ha sido creado, queda solo usar el sistema", afirmó el Ministerio de Educación ruso, que propuso usar el sistema para el monitoreo de los exámenes de ingreso en las universidades, entre otras cosas.
El recientemente elegido Vladímir Putin encomendó la difícil tarea de decidir el destino de las cámaras web al Ministerio de Comunicaciones y ya se barajan numerosas variantes: su utilización en la enseñanza a distancia, en la celebración de seminarios o videoconferencias, su instalación en las carreteras para controlar el tráfico o la creación en su base de canales de televisión comunitarios, entre otras.
En realidad son muchos los sitios donde se necesitan camaras de vigilancia a lo largo del país como, por ejemplo, en las carceles rusas, donde podrían velar por la seguridad de los prisioneros.
Tras los trágicos acontecimientos en la ciudad rusa de Kazán, donde unos policías supuestamente maltrataron a unos detenidos, la idea de transmitir por internet los interrogatorios que se lleven a cabo por los agentes de las fuerzas del orden está ganando seguidores.
No obstante, lo que algunos ven como algo que debería contribuir a una mayor transparencia de algunos procesos, para otros se convierte en todo lo contrario, ya que consideran que los sistemas de vigilancia en sitios públicos podrían menoscabar los derechos humanos.
En este sentido el Ministerio de Comunicaciones tendrá que pensárselo dos veces antes de decidirse por una de las opciones. El punto final en la cuestión se pondrá en mayo, pero es muy probable que esta carrera de proyectos acabe teniendo varios ganadores.