EE. UU. tiene mucho que ocultar. La batalla contra los hackers no es más que una tentativa de impedir que se filtre la información clasificada del Gobierno, no se trata de defender la privacidad de los ciudadanos, afirma el activista Lorenzo Topete.
"Lo que está en juego no es tanto la privacidad de los cibernautas o ciertos conflictos que se puedan provocar internándose en los sistemas, sino la complicidad y la especulación financiera que ha sido más que evidenciada. Ese es el gran temor del corporativismo americano", le dijo Topete a RT.
EE. UU. bajo el pretexto de la lucha antihackers persigue sus propios intereses de esconder datos que puedan escandalizar al mundo, como ya ocurrió varias veces.
¿Intento de encubrir una verdad terrible?
"Si uno se da cuenta, eso es una táctica de este corporativismo americano o mundial básicamente de crear enemigos. En este caso van a empezar a fomentar el hecho de que son los terroristas que pueden incluso manipular o afectar el sistema de transportes, el sistema económico y esto llevará a una crisis social en la vida real. No es así realmente", destacó.
"Lo que está en juego es la privacidad financiera, la privacidad de la información clasificada que ha sido evidenciada tanto con WikiLeaks como con otros ataques y demás información filtrada acerca de las instituciones globales”, dijo Topete.
El área cibernética del FBI había ofrecido una evaluación pesimista de los esfuerzos de la nación para proteger datos corporativos del saqueo de los piratas informáticos: "No estamos ganando", admitió la principal policía cibernética de la Oficina Federal de Investigaciones de EE. UU.
Un oficial del FBI, había criticado la postura de Washington en cuanto a la defensa frente a los ciberataques. Tras esas, el Congreso estadounidense comenzó examinar nuevas leyes de seguridad en Internet.
Pero el activista Lorenzo Topete cree que, contrario a lo esperado, estas medidas podrían provocar nuevos ataques por parte de los piratas informáticos.