Un juez estadounidense rechazó la acusación de que el gobierno del país le dio inmunidad para traficar cocaína a un miembro de un cártel de drogas mexicano. Una colaboración increíble para las autoridades pero no imposible, según ha demostrado la historia.
Esa acusación, que un tribunal de Chicago descartó por falta de pruebas, la presentó Vicente Zambada, un dirigente confeso del cártel de Sinaloa, uno de los más violentos en México.
Según los abogados de Vicente Zambada, alias ´Vicentillo´, algunos agentes federales le otorgaron privilegios a cambio de información sobre bandas criminales rivales, grupos con los que su organización mantiene una cruda guerra por el control de territorios y rutas del tráfico de drogas.
Los fiscales han reconocido que los agentes de la agencia antidrogas DEA se encontraron con ´Vicentillo´, pero niegan el haberle concedido inmunidad.
Zambada fue capturado en la capital mexicana en 2009 y entregado a EE. UU. al año siguiente.
Rápido y Furioso
Ronald Góchez, miembro de la Unión del Barrio, no duda de que Washington hubiera mantenido relaciones con Zambada, ya que según él, este tipo de estrategias, basadas en tener contactos con delincuentes, no es algo nuevo y un ejemplo de ello es la operación 'Rápido y Furioso'.
“Creo que los programas como 'Rápido y Furioso' es una prueba que hay negocio oficial entre el Gobierno de EE. UU. y los carteles de México. Si están vendiendo armas a México ¿por qué no van a vender o comprar drogas?”, dijo el activista comunitario a RT.
Bajo la operación encubierta 'Rápido y Furioso' se permitió el trasiego ilegal de 2.000 armas a México en el 2009 con el objetivo de rastrear a bandas de narcotraficantes. Sin embargo, su resultado fue precisamente el opuesto y acabó con una escalada de violencia, según un informe presentado en el mismo Congreso estadounidense.
Manuel Noriega
Como otro ejemplo de vínculos entre el Gobierno estadounidense y los cárteles de drogas, Góchez mencionó al ex presidente de Panamá, Manuel Antonio Noriega.
Noriega fue dictador de Panamá entre 1983 y 1989 y antes de romper relaciones con Washington fue espía de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense y estuvo vinculado con el jefe del cártel de Medellín, Pablo Escobar. Noriega lleva más de 20 años encarcelado en EE. UU., Francia y ahora en Panamá por delitos de narcotráfico y blanqueo de dinero.
“Hay una larga historia de que EE. UU. hace negocio con los que venden drogas. Cuando ellos ya cambian y no quieren hacer negocios con Estados Unidos, los atrapa como criminales y los mete en la cárcel”, concluyó Góchez.