Mandatario guatemalteco aboga legalización de drogas en 'un mercado regulado'
El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, una vez más se manifestó a favor de legalizar las drogas, y en esta ocasión llama a la despenalización de las estupefacientes en el contexto de un mercado “altamente regulado”, como se hace en los casos del tabaco y el alcohol, en vísperas de la VI Cumbre de las Américas, en la que las iniciativas contra el tráfico de drogas ocuparán un lugar destacado.
Pérez Molina argumenta, en un artículo publicado este domingo por el periódico británico ‘The Observer’, que esa despenalización controlada sería una alternativa a la fracasada estrategia actual de “guerra contra las drogas”, con la que no se ha conseguido reducir en las últimas décadas ni la producción ni el consumo de estupefacientes.
El presidente guatemalteco aboga por tratar el problema de la droga como “un asunto de salud pública”, y no de “justicia penal”. No obstante, admite que sugerir la “liberalización” del mercado de estupefacientes “sería irresponsable”, pero señala que se puede avanzar hacia una despenalización en un mercado regulado, como se hace en los casos del tabaco y el alcohol, para proteger a los menores y reducir el consumo entre la población.
La propuesta de Pérez Molina es iniciar un “diálogo global intergubernamental dejando de lado posiciones ideológicas (como la prohibición o la liberalización) en base a un enfoque realista: el de la regulación de las drogas”.
El Gobierno guatemalteco se ha esforzado en los últimos meses por extender su tesis al resto del mundo, y recientemente la planteó al Parlamento británico, que respaldó su propuesta de diálogo aunque rechazó la despenalización.
En repetidas ocasiones el mandatario se ha manifestado a favor de legalizar las drogas, y a mediados de febrero, dijo que Guatemala sola, sin consejos de Estados Unidos, determinará este caso. Además acusó a EE. UU. de presionar a los gobernantes centroamericanos, para boicotear la cumbre de Centroamérica sobre narcotráfico, por temor de que los países pudieran unirse en favor de la despenalización de las drogas.
Según Pérez Molina, los grandes consumidores de drogas como EE. UU., deben pagar por los esfuerzos que realizan los países centroamericanos en la lucha contra el narcotráfico.