Las autoridades de Moscú están considerando la posibilidad de construir cinco nuevas estaciones céntricas del metro capitalino a partir de los cimientos y los proyectos sin terminar de la época de Iósif Stalin. Más precisamente, prevén aprovechar los pozos que habían sido excavados a comienzos de la década de 1950 y que jamás se usaron.
Una 'densa' red del metro en el centro de la capital podría aliviar el problema de los atascos en las calles. Hoy en día la distancia promedio entre dos estaciones es unos 1,8 kilómetros. Para comparar, en París las paradas se ubican, aproximadamente, a unos 600 metros una de la otra. Esta es una de las causas directas de los atascos: los moscovitas prefieren ir al centro en coche, porque cuando usan el metro, al salir a la superficie, deben ir caminando un buen rato hasta llegar a destino.
Aprovechar las reservas
Cuando se desplegaba la actual estructura radial del metro, tanto los líderes soviéticos, como los ingenieros preveían que el tráfico de viajeros aumentaría con el tiempo, con lo cual fueron preparadas varias reservas con túneles ensanchados y bifurcaciones de vías férreas entre las estaciones. Los pertinentes tramos de los túneles fueron ensanchados y preparados desde el principio para colocar plataformas, escaleras mecánicas y otras instalaciones indispensables para que los pasajeros entren y salgan.
Por el momento se trata de 'recuperar' solo cinco estaciones: la mayoría de las paradas fue 'reservada' hace tiempo; es decir, las llenaron con hormigón, hasta unos 20 o 30 metros de profundidad. A juicio de los ingenieros, esto 'mató' toda su infraestructura. Según el jefe del Departamento de Transporte de Moscú, Maxim Liskutov, lo que les espera ahora a los constructores es excavar más túneles que integren los cinco pozos 'restaurables' en el complicado sistema de transporte subterráneo de Moscú. Sin embargo, sostiene que gracias a las labores realizadas hace más de 60 años, se podrá evitar cortar el tráfico en las respectivas líneas del área metropolitana.
Vías subterráneas secretas
La primera línea del metro moscovita se inauguró en 1935. Une las estaciones Sokólniki y Park Kultury. Ahora el subterráneo de la capital rusa cuenta con 182 estaciones distribuidas en 12 líneas y una longitud de tendido subterráneo de 298 kilómetros. La línea número 5, con forma circular, se cruza con todas las demás. El metro de Moscú es el tercero más largo del mundo después de Londres y Nueva York. Es conocido también por su decoración, muy variada y rica en muchas de las estaciones, que representa el arte de la época del realismo socialista.
Según la administración moscovita, en los próximos años se edificarán paradas adicionales en la línea violeta y en la circular. Otras dos estaciones serán construidas en la línea verde oscura, a ambos lados de la céntrica estación de Teatrálnaya. Una de ellas será construida en el segmento de la vía subterránea que contiene restos visibles de la parada secreta de Sovétskaya, que jamás fue para uso público. En los primeros proyectos del metro moscovita en 1935 ya fue programado su carácter clasificado. Durante las labores de construcción, bajo las órdenes de Iósif Stalin, fue modificado y debía servir de búnker para la sede de la Defensa Civil de Moscú.
No es el primer experimento del tipo. La modernización de las dos líneas ´azules´ realizada a finales de 2000 también aprovechó los 'cimientos estalinistas'. El túnel convencional que conectaba las estaciones Plóschad Revolútsii y Kíevskaya había sido edificado dentro de otro túnel, más profundo, que servía para garantizar una comunicación secreta entre el Kremlin y un búnker por debajo del chalet de Stalin en Kúntsevo, en aquel entonces un suburbio de Moscú.