Miles de soldados estadounidenses van a la batalla alimentados por todo tipo de medicamentos, ya se trate de anfetaminas, antidepresivos, sedantes u otros. En gran medida el consumo de drogas sin control puede llevar a conductas aberrantes e incluso a trastornos mentales.
Más de 110.000 miembros del personal de servicio estadounidense tomaron medicamentos recetados durante el año 2011 para batallar en la rutina militar de todos los días.
Un diario inglés reveló recientemente que cerca del 8% de los militares estadounidenses en servicio activo, incluyendo hombres y mujeres, toma sedantes y más del 6% toma antidepresivos, un drástico aumento en ocho veces con respecto al año 2005, cuando las dos guerras en Afganistán e Irak estaban en su apogeo.
La rutina del servicio militar, el estrés del combate, y algunas veces la falta de sueño conllevan a las tropas estadounidenses a ir a 'trabajar' bajo el efecto de medicamentos, tendencia que refleja la situación general en la sociedad estadounidense que diariamente utiliza medicamentos con receta a niveles nunca antes vistos.
"Medicados hasta los dientes"
Como regla general, las tropas son enviadas a prestar servicio con un suministro de medicamentos para 180 días. Pero los soldados con frecuencia negocian sus pastillas favoritas con sus amigos.
"Nunca hemos medicado a nuestras tropas en la medida en que lo estamos haciendo ahora... Y no creo que el actual aumento de suicidios y homicidios en el servicio militar sea una coincidencia", dijo el ex psicólogo militar y organizador de una conferencia anual sobre el estrés de combate Bart Billings en declaraciones a un diario estadounidense.
Los analgésicos de naturaleza psicotrópica también representan una amenaza de adicción para los heridos que tienen que tomarlos.
Por eso actualmente hay muchas discusiones sobre si el aumento de la tasa de suicidios en el Ejército de EE. UU. en la última década tiene alguna conexión con el aumento en la prescripción de pastillas 'a diestro y siniestro'. Entre 2004 y 2008, se registró un aumento terrible del 80% de los suicidios entre el personal de servicio estadounidense.
Recientemente la sociedad internacional quedó conmocionada tras el caso del sargento Robert Bales, acusado de asesinar a 17 civiles en una sangrienta matanza en Afganistán, lo que volvió a plantear la cuestión de los incidentes relacionados con drogas entre los militares de EE. UU.
Al conocerse que el acusado no se acuerda de nada de lo que hizo, sus abogados solicitaron una lista de los medicamentos que el soldado estaba tomando durante su despliegue en Afganistán.