Este 10 de abril se cumplen dos años desde que un Tu-154, con el entonces mandatario de Polonia, Lech Kaczynski, su esposa y otros 86 altos cargos de su Gobierno a bordo, se sinestrase cerca de la ciudad rusa de Smolensk, adonde la delegación se dirigía en visita oficial. La catástrofe aérea se cobró la vida de todos los pasajeros y miembros de tripulación, 96 personas en total. Polonia definió la tragedia como uno de los golpes más fuertes en su historia desde la Segunda Guerra Mundial.
Tanto en Rusia como en Polonia se celebran hoy eventos conmemorativos dedicados al segundo aniversario de la tragedia. La delegación polaca oficial, integrada por representantes del Gobierno y familiares de las víctimas, ha llegado al lugar de la catástrofe para participar en la ceremonia. Durante el acto se ha puesto la primera piedra de un monumento a los fallecidos, un muro de 115 metros de largo en el que figurarán los nombres de las víctimas. Su inauguración se prevé para el tercer aniversario del siniestro.
En los actos en Smolensk han participado no solo las autoridades, sino todos aquellos que se han solidarizado con el pueblo polaco y que todavía sienten el dolor de la tragedia que hace dos años conmocionó al mundo entero. Muchos participaron en las tareas de rescate o fueron testigos directos del siniestro, por lo que sienten el duelo como si se tratara de sus propios familiares.
Iván recuerda este día como si fuera ayer. Su vivienda está cerca del lugar donde cayó la aeronave del mandatario. “Vimos un avión aterrizar. Y cuando aterrizaba se oyó muy bien cómo se estrelló contra la tierra. Se oyó una explosión. Pero hubo más ruido que explosión. No nos prestamos atención porque hay un aeropuerto militar aquí cerca y a menudo aterrizaban aviones aquí. Estamos acostumbrados a eso. Pensamos que todo iba como siempre. Yo iba con los pasajeros y nos salieron al encuentro varias ambulancias, policía y empezaron a bloquear la carretera”.
Homenaje en Polonia
En el cementerio militar de Powązki (Varsovia) se llevan a cabo actos oficiales encabezados por el actual presidente polaco, Bronislaw Komorowski. A la hora exacta del accidente los participantes del encuentro han homenajeado a los fallecidos con un minuto de silencio y han colocado coronas de flores. En el lugar se instalará otro monumento a las víctimas.
Fiel a la triste tradición, el hermano gemelo del líder polaco fallecido, Yaroslav Kaczynski, del partido de la oposición Ley y Justicia, ha ofrecido una corona de flores cerca del palacio presidencial y se ha unido a la marcha que ha discurrido con velas y antorchas por la avenida central de Varsovia.
Detrás de la tragedia
La tragedia se ha convertido en un asunto de gran resonancia que ha generado diversas hipótesis acerca de las razones de la catástrofe. La causa más probable del siniestro no fue un fallo técnico de la aeronave presidencial, que estaba en buen estado según todos los peritajes realizados, sino fallos en la organización del vuelo.
“El controlador del tráfico dijo claramente que no había condiciones para el aterrizaje. Y basándome en eso, creo que los comandantes debían haber tomado la decisión de desviar la aeronave a otro campo de aviación”, comenta Chris Yates, director de la agencia británica Yates Consulting, especializada en cuestiones de seguridad aérea.
Según un informe redactado por la Alta Cámara de Control de Polonia, una de las causas que provocó la catástrofe fue la descoordinación entre las diferentes instituciones públicas de Polonia. Entre las entidades que fallaron en el cumplimiento de sus funciones figura el Ministerio de Exteriores polaco, que no controló el proceso de obtención de autorizaciones diplomáticas para los vuelos de aeronaves gubernamentales sobre el territorio de otros países. Tampoco supervisó las revisiones y reuniones de coordinación que debían realizarse antes de estos vuelos. Por estas razones ya han sido despedidos en Varsovia 3 generales y 10 oficiales de la Fuerza Aérea polaca.
En este mismo sentido, el Comité Internacional de la Aviación de Rusia (MAK, por sus siglas rusas) reveló que además de la falta de aseguramiento del vuelo y la inadecuada capacitación de la tripulación (causas también indicadas por la parte polaca), la causa inmediata de la catástrofe fue la negativa de la tripulación a cambiar de rumbo y buscar un aeródromo de emergencia en medio de una espesa niebla.
Moscú está dispuesto a coordinar los detalles técnicos de la entrega a Varsovia de los fragmentos del avión. Según detalla el portavoz del Comité de Investigaciones de Rusia, Vladímir Markin, la parte técnica fundamental de la investigación internacional está concluida. Para la elaboración de la misma fueron interrogados más de 500 testigos, analizados más de 1500 documentos y realizadas 328 pruebas periciales. En Polonia la investigación del accidente concluirá el uno de octubre de este año.