El pasado 12 de abril el Polo Norte testimonió por primera vez en su historia un casamiento luterano. Según los testigos la ceremonia solemne, que tuvo lugar en las coordenadas N 89°36’ y E 07°34’ y a 23 grados bajo cero, cumplió con todos los detalles tradicionales: hubo trajes nacionales, candelas y un pastor.
El noruego Børge Ousland, el primer humano que alcanzó el Polo Norte en solitario en esquís y sin apoyo externo, en 1994, era el novio. Según Ousland, la idea de contraer el matrimonio en el Ártico, donde había pasado la mayor parte de su vida, se le ocurrió en una de sus caminatas solitarias hacia el Polo.
Børge y Hege, su novia, junto con el pastor y unos cuantos invitados que se atrevieron a acompañarles, llegaron primero a Barneo. Se trata de una base ártica en un bloque de hielo a la deriva organizada por la Asociación de Exploradores del Polo de Rusia. Desde el año 2000 se crea cada año, normalmente en abril, cuando hay sol de medianoche pero no hay vientos fuertes, las temperaturas no bajan de 30 grados bajo cero pero los hielos todavía son firmes.
La base suele durar entre un mes y un mes y medio. Cuenta con un aeródromo y un espacio para estacionar helicópteros, más 12 viviendas temporales con calefacción y varios módulos técnicos. Normalmente sirve de punto de partida para unos 250 turistas mensuales que gozan de saltos con paracaídas, buceo por debajo del hielo y de viajes en trineos con perros. Aparte, es una plataforma de investigaciones oceanográficas que realizan en la zona especialistas rusos.
Sin embargo, tanto Børge y Hege como sus invitados, ignoraron todo estos 'placeres' y sin demorarse mucho partieron para el Polo Norte en helicópteros, acompañados por los residentes de la base. Una vez en las nieves polares, la novia sorprendió al público con un blanco vestido de seda. La cruz fue simbólicamente 'construida' con esquís. Tanto los novios como el pastor resistieron firmemente el desafío: la ceremonia duró unos 30 minutos. Luego llegó la parte de los fuegos artificiales, el champán y las felicitaciones.
Según los testigos, uno de los elementos más divertidos de la fiesta fue cuando de los témpanos de nieve apareció un esquiador solitario que, sin entender nada, empezó a preguntar: "¿¡Qué está pasando por aquí?!". Mark Wood, viajero británico que en ese mismo momento finalizaba su ruta hacia el Polo Norte, no vaciló en unirse al festejo.
Una vez de vuelta en Barneo, las celebraciones continuaron con una cena de gala, bailes y canciones. Por la mañana los recién casados y sus invitados subieron a bordo del avión y tomaron rumbo a casa. El resto se quedó trabajando.