Estados Unidos afronta este año una sequía record que amenaza con reducir seriamente las cosechas y que está a punto de causar recortes en el suministro de agua de uso doméstico. Por el momento sólo 2 de los 50 estados del país norteamericano no sufren las consecuencias de este desastre climático.
Esta sequía es la peor que sufre EE. UU. desde 2007. Los climatólogos norteamericanos advierten que ya afecta a 48 de los 50 estados y que podría resultar catastrófica para la agricultura e influir también en la posición económica del país, ya de por sí inestable.
Los expertos creen que si la tendencia actual se acentúa en los estados de Maryland y Texas deberán ser impuestas restricciones en la distribución de agua en breve plazo.
El año 2011 fue uno de los peores en lo que atañe a la agricultura nacional, ya que las sequías se dejaron sentir en gran parte del territorio de EE. UU. Las pérdidas de los agricultores en las regiones sureñas ascendieron a 10.000 millones de dólares.
Esta vez el sur del país también se ha visto azotado por el mismo fenómeno: casi dos tercios del territorio total del estado de Georgia está afectado por una ola de sequía, al igual que a lo largo de toda la línea de territorio que lo separa de California, en el extremo este.
De momento la situación no es crítica, según el director del Departamento de los Recursos Acuáticos de California, Mark Cowin, que, no obstante, deja caer una advertencia: "hemos tenido un invierno seco y, aunque las reservas en los depósitos disminuirán los impactos de este verano, tenemos que estar preparados para el año potencialmente seco de 2013".