El Pentágono asegura que está logrando avances en el desarrollo de armas en su más reciente campo de batalla: el ciberespacio. Sin embargo, admite que todavía deben resolver cuestiones en materia económica, tecnológica y política.
El vicecomandante del Mando Espacial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, el teniente general Michael Basla, comentó que se están acercando a una capacidad cibernética semejante a cualquier otro sistema de armas importante.
"Hemos hecho progresos tangibles en las capacidades defensivas y ofensivas" en el último año, aseguró Basla en una conferencia el lunes.
Mencionó los equipos de ciber "cazadores" y enumeró varios programas recientes que forman parte de la nueva unidad del Pentágono que busca mayor transparencia en los trabajos acerca de la guerra cibernética y para hacer frente a los ataques diarios contra sus sistemas informáticos.
Basla anunció que Washington vigila estrechamente las capacidades cibernéticas que están desarrollando Rusia y China, países que según el vicecomandante, han penetrado las redes estadounidenses. Asimismo, agregó que el Gobierno de este país se reserva el derecho a protegerse de los ataques en Internet de la misma manera que lo hace de otro tipo de acciones.
A pesar de que el gasto militar de EE. UU. debe disminuir en 487.000 millones de dólares en los próximos 10 años, Basla señaló que debido a las amenazas crecientes, el área cibernética es una de las pocas que registrará un ligero aumento de la financiación en los próximos años.
Sin embargo, advirtió que de no evitarse el recorte adicional previsto de 500.000 dólares en los gastos de defensa, los líderes militares afrontarán dificultades a la hora de cumplir con todas sus prioridades en la misión cibernética, lo que obligaría al Ejecutivo a tomar decisiones difíciles para renunciar a recursos en otras áreas, ya que la misión principal de la Fuerza Aérea, la defensa de las armas nucleares del país, estaría protegida de los recortes.
Además, sostuvo que las redes informáticas de EE. UU. están bajo ataque constante y que la dependencia militar de esas redes en todos los aspectos de la guerra es reconocida por los adversarios del país, que la contemplan como un "punto débil".