Las autoridades de Siria están interesadas en el éxito de la misión de observadores de la ONU, porque quieren “estabilidad y seguridad para sus ciudadanos”, según declaró el sábado el representante permanente del país ante la ONU, Bashar Jaafari.
La declaración se produce después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara la resolución sobre el envío de 300 observadores militares no armados a Siria. Está previsto que la misión dure 90 días, pero de ser necesario podría prolongarse.
El alto funcionario sirio instó a los observadores internacionales a realizar su trabajo “basándose en los principios de objetividad, imparcialidad y profesionalidad”. Jaafari aseguró que los servicios de seguridad y la Policía del país “actuarán con el mayor grado de discreción” a la hora de defender el orden y la ley en Siria. No obstante, advirtió que se verán obligados “a cumplir su deber y contrarrestar a los grupos terroristas, si estos siguen atacando a la población civil y al Ejército sirio”.
Por su parte, algunos representantes de la oposición siria también aplaudieron la decisión de la ONU de aumentar el número de observadores internacionales en el país. Así, George Sabra, del Consejo Nacional Sirio, opositor al Gobierno de Bashar al Assad, señaló que esta resolución de la organización internacional se “corresponde con las necesidades del pueblo sirio”.
El secretario general de la organización, Ban Ki-moon, ordenó el envío inmediato de los observadores al país en el que durante más de un año se lleva desarrollando un conflicto armado interno.