Dejar de pagar por culpas ajenas. Es la meta principal de Andréi Lugovói, acusado de asesinar a Alexánder Litvinenko en Londres en 2006, a la que el diputado de la Duma Estatal rusa se acerca más con la prueba del polígrafo que acaba de realizar.
"Pasé el mismo examen con la ayuda de expertos rusos, los británicos desconfiaron de los resultados, de modo que insistí en que el examen debían hacerlo expertos británicos. Las personas que vinieron a examinarme son miembros de la Asociación Británica de Poligrafistas. Los resultados de sus pruebas son aceptados por las cortes del Reino Unido como testimonio. Claro está, aún ha de ser estudiado por el juez, pero igual son pruebas serias y vamos a invitar a estos expertos como testigos durante los procedimientos judiciales. No espero grandes cambios pero para mí era el momento de la verdad", dijo Andréi Lugovói.
Los resultados de la prueba podrían limpiar el nombre del ex oficial y parlamentario ruso. Pero en la corte británica se niegan a tomarla como evidencia autónoma y fidedigna. En este caso, las autoridades del Reino Unido no parecen dispuestas a hacer una excepción. Y este hecho no es sorprendente, tomando en cuenta todos los esfuerzos que hicieron para 'ponerle las manos encima'.
Por el momento Andréi Lugovói se queda en Rusia, pero a sabiendas de que su propio país tiene pocas oportunidades de convencer a los británicos de su inocencia. Londres incluso llegará a pedir incluso una enmienda a la Constitución rusa de tal manera que se permita la extradición del acusado.
"Teníamos claro que era mucho pedir, no era desproporcionado sugerir que deberían cambiar su Constitución para hacer posible este tipo de cooperación judicial", indicó David Miliband, ex ministro de Asuntos Exteriores.
Algunos pueden poner en duda la veracidad de la prueba del polígrafo, alegando que Lugovói, que es un ex agente de los servicios de seguridad, podría utilizar ciertas tácticas para engañar al detector de mentiras. Alexánder Korobko, realizador de documentales y autor de la idea de organizar esta prueba, considera que este punto de vista carece de lógica.
"En cuanto a la independencia del examen, he de decir que no podría ser más imparcial y preciso de lo que fue. Más independiente tampoco. Porque Bruce Burgess y su hijo Tristan son unos expertos británicos de renombre, los primeros en comenzar el negocio en el Reino Unido, y creo que tampoco sabían a quién iban a examinar antes de conocerlo en persona. Lo queríamos como algo científico al máximo, sin connotaciones políticas ni interferencias", dijo Alexánder Korobko, director de la compañía de producción Russian hour.
Nada más recibir los resultados de la prueba, Lugovói volvió a confirmar su intento de testimoniar ante la Corte británica con firmeza y determinación. Y aunque todavía lejos del punto final en este caso, el examen realizado podría abrir muchos ojos a la verdad.