EE. UU. castigará severamente a los 'cómplices' de Irán y Siria
En busca de aumentar la presión de las sanciones sobre Siria e Irán, EE. UU. ha cerrado la entrada a su territorio a todos los que ayudan a los regímenes de ambos países y buscan burlar las sanciones impuestas por Washington.
El presidente norteamericano, Barack Obama, ha aprobado este martes una orden ejecutiva que otorga al Departamento del Tesoro nuevas competencias para identificar públicamente a los ciudadanos o empresas de terceros países que comercian con Teherán y Damasco y aplicar medidas punitivas contra los que intentan o planean modos de violar los bloqueos comerciales contra ambos países.
Entrada prohibida y bienes bloqueados
La nueva medida, que persigue tanto a organizaciones como individuos, evitará la entrada en el territorio estadounidense de todos los que ayuden a empresas sirias o iraníes a evadir las sanciones comerciales impuestas por EE. UU. y Occidente, “prohibiendo el acceso a los sistemas comerciales y financieros de Estados Unidos”.
El decreto deja claro que el Tesoro tiene el pleno derecho a bloquear los bienes y las cuentas de las personas asociadas con las autoridades iraníes y sirias, mientras que el Departamento de Estado goza de autoridad de introducir sanciones de visado.
En una comunicación dirigida por Obama a los representantes del Congreso para notificar la firma de esta orden, el presidente aseguró que existen evidencias de personas y empresas de otros países que ya están ayudando a eludir los bloqueos económicos a Irán y Siria.
Con esta medida Obama endurece de manera unilateral un amplio marco de sanciones diseñado para penalizar la economía siria y disuadir al régimen de Teherán a continuar con su polémico programa nuclear, pese a que la República Islámica asegura que tiene fines pacíficos.
'Medidas ficticias'
La escritora y analista internacional Conchetta Dellavernia considera que estas medidas "son ficticias y de doble rasero", ya que no afectan a compañías estadounidenses.
“En EE. UU. no hay una política seria, sino una política de impulsos, y sobre todo guiada por los poderes económicos los que arrastran a EE. UU. a unas situaciones que en definitiva a largo plazo le van a llevar a un desequilibrio total y absoluto dentro de su país. Sin embargo, sabemos que hay empresas estadounidenses a las que no afectan estas sanciones, ya que tienen intereses muy importantes. Se hace una política de doble rasero, tal como suele hacer EE. UU. habitualmente”, afirma la escritora.