El gigante sueco de venta de muebles IKEA se aprovechó del trabajo de presos cubanos en los años 80, según informa el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.
El rotativo, que afirma citar a los archivos del Ministerio de Seguridad del Estado de la República Democrática de Alemania (RDA), señala que los muebles fabricados en las cárceles cubanas se vendían en las tiendas de IKEA de la Alemania Oriental.
El acuerdo correspondiente entre la RDA y Cuba fue firmado en septiembre de 1987, cuando una delegación alemana viajó a La Habana para reunirse con representantes del Ministerio del Interior de la nación caribeña.
De acuerdo con el contrato, los reos cubanos tenían que fabricar 35.000 mesas para comer, 10.000 mesas para niños y 4.000 juegos de muebles compuestos por un sofá y dos butacas.
IKEA niega las acusaciones y declara que ha iniciado su propia investigación del caso. No es la primera vez que el gigante sueco está en el epicentro de un escándalo. Anteriormente la compañía fue acusada de haber usado la labor de los propios presos políticos de la RDA. Además en la prensa aparecieron datos del pasado nazi del fundador de IKEA, Ingvar Kamprad, que perteneció a un partido sueco de tendencia nazi.