Los franceses comenzaron a votar hoy en la segunda vuelta de los comicios presidenciales que se disputan Nicolas Sarkozy y Francois Hollande con Europa pendiente de las implicaciones que el resultado de los comicios podría tener más allá de las fronteras de este país.
Los últimos sondeos apuntan que el candidato del Partido Socialista, François Hollande, será durante los próximos cinco años el nuevo presidente de Francia con más del 50% de los votos sobre su contrincante y actual jefe del Estado, Nicolas Sarkozy, tras la segunda y definitiva ronda de los comicios. Sin embargo, la prensa francesa destaca hoy la incertidumbre del resultado final, teniendo en cuenta los avances del actual presidente en las últimas encuestas.
Tras el debate del pasado miércoles que, según los medios, no alteró significativamente la intención de voto del electorado, Sarkozy declaró en su último mitin del sábado que "el resultado está en el filo de la navaja". Por su parte, el candidato socialista, que podría contar con la reserva de los votos de la izquierda radical y los ecologistas, pidió en el final de su campaña el apoyo popular para conseguir una victoria lo suficientemente amplia como para "gestionar el cargo sin ataduras".
Independientemente de quién sea el ganador, los analistas aseguran que se notará un cambio en la UE. Mientras que la presidencia de Hollande podría afectar el equilibrio de las fuerzas en el seno de la política europea, con consecuencias para Alemania y el Reino Unido, la inesperada victoria de Sarkozy también tendría profundas implicaciones que no solo afectarían a Francia, como la restauración de las fronteras interiores de la UE para poner coto a la inmigración ilegal y para frenar las exportaciones de países no europeos.
En la primera vuelta del 22 de abril, Hollande consiguió el 28,6% de los votos frente a Sarkozy, que logró un 27,1%. El partido ultraderechista de Jean-Marie Le Pen, obtuvo los mejores resultados de su historia, con el 17,90%.