Más de cien personas han sido detenidas en Moscú en el día de la investidura del nuevo presidente, Vladímir Putin, por participar en manifestaciones no autorizadas. Estas detenciones se producen tras registrarse al víspera una serie de enfrentamientos de los opositores con las fuerzas de seguridad que se saldaron con 400 personas detenidas.
Los manifestantes de oposición, que se encontraban en distintos puntos del centro de la capital, la mayoría de ellas, cerca del metro Tverskaya, protestan la investidura del nuevo presidente, haciendo hincapié en que las elecciones no fueron justas. Junto con los opositores, en el centro también se dieron cita varios grupos de partidarios de Vladímir Putin.
Las protestas multitudinarias de la oposición arrancaron el pasado diciembre, cuando decenas de miles de personas salieron a las calles para expresar su indignación contra las elecciones parlamentarias, cuyos resultados, según ellos, fueron seriamente falseados.
El 6 de mayo una manifestación de los opositores desembocó en enfrentamientos con las fuerzas especiales de la policía rusa. Según fuentes oficiales, unos 20 manifestantes y unos 30 policías resultaron heridos y tuvieron que ser trasladados a los hospitales.
Al mismo tiempo, los partidarios del nuevo presidente se congregaron el domingo en otro distrito de la capital en un evento multitudinario con motivo del primer aniversario de la fundación del Frente Popular Ruso, coalición de organizaciones políticas y sociales.
La alcaldía de Moscú ya ha anunciado que tendrá en cuenta la experiencia del 6 de mayo a la hora de revisar las siguientes solicitudes para organizar manifestaciones.