Transcurridos 67 años de la victoria sobre la Alemania fascista en la Segunda Guerra Mundial, en Rusia siguen aflorando nuevos datos sobre algunos héroes olvidados. Gracias a cartillas de soldados recién descubiertas puede reconstruirse el pasado de valentía y coraje de soldados que fallecieron defendiendo la patria.
Sergueí Stychinski, general coronel retirado, sirvió 50 años en las fuerzas armadas de la Unión Soviética y marchó al frente con tan solo 17 años con una idea en mente: dedicar su vida a la tarea sagrada de proteger a la patria.
Según el veterano, que recuerda muy bien y con mucho orgullo los detalles de las batallas de la Gran Guerra Patria, el triunfador estado soviético, además de un sueldo, les remuneraba por sus actos heróicos.
"No me acuerdo de la cantidad de dinero que recibía, porque en aquel entonces no nos interesaban las pagas y todavía tengo papeles donde se pone que me corresponde cierta suma por haber destruido tanques del enemigo", cuenta Stychinski.
El veterano recuerda que en 1944 destruyó en una batalla 7 tanques alemanes, por lo que recibió un premio de 3500 rublos (ahora unos 90 euros), que en aquel entonces era mucho dinero.
Hace poco se han descubierto viejas cartillas de ahorros de los combatientes que podrían ayudar a reconstruir los destinos de los soldados. Más de 8 millones de soldados soviéticos murieron en la guerra y más de 4 millones desaparecieron. Junto con sus vidas se perdió mucha información sobre ellos. Sus familiares, en el mejor de los casos, tienen un par de fotografías como único recuerdo de sus antepasados.
Estas libretas se encuentran en el archivo del mismo banco en el que estaban desde el principio. Se guardaban allí desde el año 1945 con el fin de mandarlas, junto con el dinero, a las familias de los soldados. Pero eso no fue siempre posible y muchas veces a las familias no les llegaban ni siquiera los certificados de defunción.
Alexánder Kirillin, director de departamento del ministerio de Defensa, explica que en las cartillas estaban escritos los nombres de las personas a las que legaban dinero, además se comentaba el sitio en el que fueron reclutados, todos sus traslados de una a otra unidad militar, inclusive su última estancia.
Ahora, con la apertura de esos archivos, existe la esperanza de que los hijos y nietos de los combatientes reciban algún dinero, aunque el estado todavía no ha dado una respuesta oficial sobre el asunto. Gracias de esos documentos se podría reconstruir al menos la memoria histórica del país.