Grecia alarmada tras disturbios del fin de semana
La alerta máxima se apoderó de Atenas, la capital de Grecia, y de otras ciudades de ese país tras una ola de violencia vivida el fin de semana y ante una marcha de protesta programada para el lunes (en la capital) en memoria de la muerte de un joven a manos de un policía hace un año atrás.
Más de 30 personas resultaron heridas y unas 500 fueron detenidas el pasado fin de semana en enfrentamientos entre la policía y grupos radicales en Atenas y otras ciudades. Los disturbios se produjeron al margen de grandes manifestaciones pacíficas, convocadas por estudiantes, profesores y sindicatos, en conmemoración del primer aniversario del asesinato del joven Alexis Grigoropulos, de 15 años.
Más de 3 000 personas marcharon de forma pacífica desde la Universidad de Atenas hasta el Parlamento en el centro de Atenas con pancartas a favor de la libertad de expresión y contra la economía neoliberal.
Sin embargo, unos 400 radicales se separaron de la manifestación y se enfrentaron con piedras y bombas incendiarias contra las brigadas antidisturbios antes de tomarse el rectorado de la Universidad de Atenas. Los enfrentamientos ocasionaron daños materiales en tiendas, automóviles y fachadas de bancos.
La policía respondió con garrotes policiales y bombas lacrimógenas.
Entre los 28 policías y los cinco ciudadanos heridos, destaca el rector de la Universidad de Atenas, Jristos Kitas, hospitalizado con graves contusiones en el cráneo.
Antes los representantes del Ministerio del Interior de Grecia anunciaron que cerca de 150 anarquistas de otros países —incluyend o de Francia, Italia y España— llegaron a Grecia para tomar parte en los enfrentamientos contra la policía.
Se espera que cerca de un centenar del total de detenidos comparezca ante el juez, acusados de suscitar a la violencia y causar daños a la propiedad pública y privada.
Alrededor de 6 000 policías han sido reunidos para garantizar la seguridad en Atenas en espera de otras manifestaciones. De tal modo, el Gobierno ha expresado “tolerancia cero” hacia la violencia callejera, misma que hace un año provocó disturbios durante varias semanas y pérdidas de millones de euros al comercio y a la propiedad pública y privada.