Un informe del Instituto de Política Fiscal indica que los inmigrantes hacen una gran aportación al desarrollo local de EE.UU., pero a causa de la crisis económica y las persecuciones policiales, este grupo se está viendo obligado a regresar a sus países de origen. Las nuevas medidas migratorias de la Administración de Obama darían el tan esperado apoyo a los numerosos extranjeros que viven allí.
Hace más de 10 años, Alcides Duniesky llegó a EE.UU., con la idea de que el sueño americano estaba a la vuelta de la esquina. Sin embargo, la situación cambió y ahora la realidad no le deja más remedio que regresar.
“El bache en la economía se ha dejado sentir, porque la mano de obra es muy numerosa, es mucha la cantidad de emigrantes que hay y generalmente los trabajos más fuertes o un poco más difíciles los hacen ellos”, lamenta Alcides.
El informe cita a Miami entre las diez zonas metropolitanas con un número más importante de inmigrantes dentro de la población laboral, con una comunidad de trabajadores extranjeros cercana al 50% del total.
“La población latina en EE.UU. ha tenido una contribución muy positiva en términos de trabajadores que han generado ingresos y han pagado impuestos”, aclara Manuel Lasaga, analista económico.
Las 10 principales zonas metropolitanas con inmigrantes mencionadas en el informe son, por este orden, Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Dallas, Philadelphia, Houston, Miami, Washington, Atlanta y Detroit. Uno de cada tres residentes de las zonas metropolitanas de Miami, Nueva York, San Francisco y Los Ángeles es inmigrante. Según el informe, en Miami, con 5,4 millones de habitantes en total, el 37% de la población, nació en el extranjero.
“Miami se ha convertido en una ciudad internacional. Es, digamos, el puerto de entrada más importante para todos los visitantes de América Latina hacia EE.UU.”, agrega Lasaga.
El informe es el documento más reciente en una serie de estudios sobre este tema. Sin embargo, aparece en un momento en el que la Administración del presidente Barack Obama propone (y pospone, hasta nuevo aviso), el tan esperado debate sobre una reforma migratoria.