“En la conferencia [sobre defensa antimisiles] una vez más hemos incidido en que [su instalación] nos provoca ciertas preocupaciones; destruiremos la defensa antimisiles en consecuencia”, respondió a la cuestión sobre cómo Rusia va a reaccionar a esta amenaza.
El ministro afirmó que el armamento del que dispone el país actualmente es capaz de contrarrestar las instalaciones del escudo. “Por ejemplo, los ´Iskander´ pueden encargarse de neutralizar los medios que podrían entorpecer nuestros misiles”.
Comentando los resultados de la reciente conferencia sobre la cuestión, Serdiukov reconoció que para Rusia ha sido una noticia que EE. UU. diga que está listo a examinar la posibilidad de prestar garantías jurídicas [de que el escudno va dirigido contra Rusia]. “Vamos a esperar a que nos lo propongan”, dijo. “Si nos prestan las garantías jurídicamente obligatorias, estamos preparados para ver [LA cuestión] de otra manera. Antes sólo lo prometían en palabras”, añadió.
Sistemas de misiles de corto alcance ‘Iskander’ ya se encuentran operativos en Kaliningrado, el enclave más occidental de Rusia. Estos complejos pueden lanzar ataques de misil tierra-tierra con distancia de tiro de hasta 500 kilómetros y distintos tipos de cabeza de misil, incluida la nuclear.