La justicia española condenó a prisión a un matrimonio andaluz después de haber violado la decisión judicial.
El matrimonio se separó en el año 2008. Por conflictos permanentes entre los esposos se les prohibió acercarse a no menos de 500 metros. Esta decisión se realizó de acuerdo con la ley española contra la violencia de género.
Un año después la pareja retomó la relación y esto llegó a oídos de las autoridades. A pesar de que no estaban divorciados oficialmente y de que se encontraban juntos por su voluntad, el juzgado condenó al hombre a 6 meses de prisión por haber violado la prohibición. Su esposa fue condenada a 4 meses bajo el cargo de “cómplice”.