Según ha revelado la publicación estadounidense Foreign Policy, Israel tiene planes de exportar gas natural licuado a Europa dentro de un par de años. Pero los yacimientos israelíes son parte de la cuenca Levante que reúne 122.000 millones de metros cúbicos de gas natural y 1.700 millones de barriles de petróleo hallados en el territorio de cuatro estados: Israel, Chipre, Líbano y Siria. De este modo, el gasoducto tendría que atravesar el territorio del Estado árabe, desgarrado por un fuerte conflicto interno.
Entre tanto, a medida que no cesa la tensión en Siria, crece el número de observadores de la ONU enviados al país -según informa el organismo, son ya 200 personas-. Pese a ello, Siria continúa siendo escenario de atentados terroristas y toda la incertidumbre alrededor del país árabe obstaculiza los planes económicos de Israel.
Los analistas creen que el tema de la exportación de gas acelerará los esfuerzos de Occidente en su intención de convertir a Siria en un país sumiso.
“Hay un gran interés por parte de Europa de poder acceder a esta tubería, a este gas que necesariamente tendría que pasar por Siria. Lo cual es una mala noticia para Siria porque esto va a redoblar el interés de los países europeos de la OTAN notablemente, EE. UU., Gran Bretaña y también sus aliados en Oriente, de que Siria se transforme de un país rebelde a un país absolutamente sumiso y alineado a los intereses de Israel, en particular, y de la UE en general”, considera el escritor y politólogo Adrian Salbuchi.
“Todo lo que tenga olor a petróleo o a gas es de enorme importancia para los países occidentales. Hemos podido ver en los últimos años como EE. UU., Gran Bretaña y la UE han militarizado el acceso y el control a los recursos petrolíferos y gasíferos en Irak y Libia de una manera terrible. Irak, Libia y Afganistán han sido destruidos justamente por sus recursos de petróleo y de gas. Siria e Irán están bajo una gran amenaza y países como Venezuela y las islas Malvinas argentinas están permanentemente presionados por este tema. De manera que en tema de gas y petróleo EE. UU. tiene blanco o negro: amigos o enemigos. Siria claramente es un enemigo de manera que esto va a hacer que se redoblen los esfuerzos de EE. UU., Gran Bretaña y la UE para resolver a su favor el tema de Siria, que inclusive está íntimamente ligado con el tema de Irán”, dijo Salbuchi a RT.