Los opositores permanecían en las calles desde el pasado 6 de mayo, cuando tuvieron lugar los enfrentamientos sonados con las fuerzas de seguridad. Tras aquellos sucesos la táctica de la oposición cambió: en vez de concentrarse en las contadas manifestaciones sancionadas con participación de decenas de miles de personas, la gente emprendió un "paseo indefinido" por el centro de Moscú.
Los objetivos de los opositores siguen siendo los mismos: exigen anular los resultados de las elecciones parlamentarias y presidenciales por supuestos fraudes masivos, tanto en el proceso de votación, como durante la campaña electoral.
La gente se cita cada día en el bulevar Chistoprudni,
cerca de una plazoleta que se extiende ante el monumento del poeta
kazajo Abai Kunanbáev y organizó allí su campamento, con una cocina
común, cabinas de WC, y un programa diario de lecciones, lecturas de
poesías y música.
La cantidad de los participantes que se congrega allí al final de cada jornada laboral suele alcanzar varios miles, de los que entre 100 y 200 pasan la noche a la intemperie. Al principio las fuerzas especiales intentaban disolver a los manifestantes, pero éstos, al ver a la policía, se iban del lugar donde estaban para moverse al otro.
Finalmente, tras un par de días intentando dispersar en vano a los manifestantes, las fuerzas especiales los dejaron en paz, limitándose a detener a dos líderes opositores, Alexéi Navalni y Serguéi Udaltsov. Ambos han sido condenados a 15 días de arresto por desobedecer las órdenes de la policía y ahora permanecen en la cárcel.
Un grupo de famosos literatos rusos anunció su apoyo al campamento y su disposición a participar hoy domingo al "paseo de control" para averiguar -afirman- si se puede pasear libremente por Moscú. En este paseo, según la policía local, han participado aproximadamente dos mil de personas, aunque los medios estiman que ha reunido a unos 15.000.
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