El Gobierno de Ohi tiene miedo de que la renuncia a la energía atómica pueda provocar una escasez en el suministro eléctrico en el verano, cuando el consumo aumenta drásticamente. Antes de la catástrofe en Fukushima, la energía nuclear generaba entre el 25% y 30% de la electricidad del país.
El presidente de la Asamblea Municipal de Ohi, Kinya Shintani, indica que la situación financiera del país está sufriendo debido al apagón de las centrales, "dado que esto ha causado desempleo y otros problemas económicos". Pero la decisión final será tomada por el primer ministro del país.
Según los medios japoneses, para economizar energía el Gobierno instaría a realizar cortes voluntarios de electricidad a algunas empresas y particulares este verano. Aunque no se descarta, que en caso de ser necesario, llevar a cabo cortes obligatorios.
Desde que el terremoto y tsunami que se produjo el 11 de marzo del 2011 en el noreste del país y causó la peor crisis nuclear en la historia del país, Japón empezó la parada de sus reactores para someterlos a revisión. El 5 de mayo de este año fue apagado su último reactor operativo en la planta de Tomari, en la isla de Hokkaido, al norte del país.