Según la Administración Federal de Aviación, los drones van a ampliar su papel en la protección de la seguridad nacional y en un futuro próximo podrán verse sobre decenas de lugares de todo el país.
A diferencia de los aviones similares usados en países como Pakistán y Yemen, estos no estarán armados con misiles y se usarán solamente para vigilancia. Sin embargo, estarán equipados con cámaras que podrán transmitir los datos de sus grabaciones a su centro de control instantáneamente.
Estos aviones ya han sido usados dentro del territorio estadounidense. El primer caso conocido de su uso en la seguridad interior fue el arresto de Rodney Brossart en el estado de Dakota del Norte. El equipo policial de operaciones especiales (SWAT, por sus siglas en inglés) que se encargó de su detención afirmó que habían empleado un aparato de este tipo para averiguar que el sospechoso no representaba una amenaza y podía ser arrestado sin peligro, pero el abogado de Brossart sostiene que los derechos constitucionales de su cliente fueron violados.
Los derechos constitucionales de los habitantes estadounidenses preocupan a las organizaciones no gubernamentales del país. Jay Stanley, un analista de la Unión Americana de Libertades Civiles, afirma: “No queremos una situación en la que cada vez que salimos de la puerta de nuestra casa tengamos que mirar hacia arriba y preguntarnos si algún ojo invisible en el cielo nos está vigilando. Hay buenos usos para los aviones no tripulados con los cuales todo el mundo está de acuerdo, pero lo que no queremos ver es a estos aviones utilizados para una vigilancia constante y persistente, en la que todos estamos siendo observados sin ninguna razón en particular”.