El Gobierno de Roberto Micheletti, que se considera triunfante tras el rechazo del Congreso de restituir al presidente derrocado, Manuel Zelaya, hizo fracasar el plan de partida honorífica hacia México del presidente depuesto. Las autoridades de facto habían accedido a darle un salvoconducto para que viajara como refugiado del gobierno mexicano, pero Zelaya pretendía llegar al país azteca como huésped distinguido, según denunció el canciller del régimen hondureño Carlos López.
Después de frustrar su salida, el Gobierno de facto de Honduras reiteró su petición de que Brasil defina el estatus bajo el cual permanecía en su embajada en Tegucigalpa el presidente depuesto. "El Gobierno de Honduras insta, una vez más, al Gobierno de Brasil a que defina el estatus jurídico con el que se encuentra en sus oficinas el señor José Manuel Zelaya Rosales", señaló la Cancillería del gobierno de facto en un comunicado. A la vez, la policía hondureña reforzó el cerco a la sede del embajador brasileño, que los golpistas han mantenido desde septiembre.
Con la última información disponible, el Departamento de Estado de EE.UU. pidió a los países latinoamericanos, especialmente a los centroamericanos, que hagan un "esfuerzo final y colectivo" para alcanzar una solución definitiva de la crisis en Honduras. El secretario de Estado adjunto estadounidense para América Latina, Arturo Valenzuela, fue comedido al referirse a la crisis. Lo hizo subrayando que la salida de ésta pasa por una solución impulsada por los países centroamericanos. Más prudente todavía se mostró el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, quien indicó que su país seguirá conversando con las naciones de la región y con México sobre cómo avanzar en Honduras.
Entre las naciones centroamericanas, la posición más tolerante al respecto la demostró el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli. Reiteró el juéves que la única forma de poner fin al régimen de facto es reconocer las recientes elecciones generales. Sobre lo sucedido anoche, afirmó: "Desconozco dónde se va el señor Zelaya, pero más de dos millones de hondureños salieron a votar de forma democrática y pacífica y debemos reconocer la voluntad democrática del pueblo hondureño".
Por su parte, el ministro de Exteriores salvadoreño, Hugo Martínez, aseguró que los comicios del 29 de noviembre que dieron la victoria a Porfirio Lobo, "son parte de la solución a la crisis". Agregó, sin embargo, que lo sucedido anoche obstaculiza esa solución. "Cualquiera que haya sido el acuerdo sobre una posible salida del presidente Zelaya, el entorpecimiento de ese proceso sí afecta al clima de distensión que se debe generar para una salida de la crisis", señaló Martínez en una rueda de prensa en Washington.