La posición aleccionadora de EE. UU. muestra una vívida incoherencia en su percepción de la noción de unos “derechos humanos” que se violan activamente en el país, estima el activista Carlos Monte.
"Se puede decir que es una contradicción: EE. UU. denuncia la violación de derechos humanos en otros países cuando en EE. UU. hay una gran violación de derechos humanos de miles de personas", dijo Montes a RT. Los manifestantes golpeados por la policía, los inmigrantes deportados de México y Centroamérica o los jóvenes latinos y afroamericanos condenados a cárceles estatales ilustran esta contradicción.
El activista opina que el documento forma parte de una estrategia destinada a influir en regímenes de países conforme a los intereses de Washington.
"EE. UU. usa la crítica contra Cuba, Venezuela y otros países para tratar de cambiar los regímenes, los líderes que ahora son apoyados por los mismos venezolanos y cubanos. EE. UU. siempre ha tratado de intervenir usando fuerzas militares o intervención política y económica contra los países que no están bajo su control como Venezuela y Cuba", señala Montes.
"Estas críticas sirven para apoyar la oposición y tratar de organizar grupos opositores dentro Venezuela y Cuba", puntualiza.
El documento abarca toda una serie de países de América Latina. Además de Cuba y Venezuela EE. UU. denuncia violaciones de derechos en Colombia, Ecuador, México, Nicaragua, Honduras, Guatemala, El Salvador y México.