Los motores 'frenan' el desarrollo del avión furtivo chino

La empresa aeronáutica china Chengdu ha ensamblado el cuarto prototipo de su futuro avión de combate de quinta generación, J-20, cuyo programa de vuelos de prueba se inició en enero de 2011.
Según informa el portal Jane's, actualmente solo dos prototipos bajo los números 2001 y 2002 efectúan vuelos de prueba, mientras que los demás están siendo testados en tierra.
En uno de los prototipos lleva instalados dos motores distintos y se supone que uno es de producción rusa. Se trata del motor AL-31F o AL-41F. El segundo motor de esta aeronave es el WS-10A, de desarrollo doméstico. El otro prototipo “volante” está dotado de motores chinos WS-10A, diseñados por la compañía Liming Aeroengine Manufacturing Corporation. Cabe recordar que el motor turbofan AL-31 de la planta rusa Saturn fue desarrollado hace más de 20 años para los aviones de combate de la familia de Su-27.
Sin embargo, el desarrollo del J-20 se lleva a cabo con muchas dificultades y a paso muy lento. Según los expertos en aeronáutica rusos y ucranianos, citados por Jane's, los ingenieros chinos aún no han logrado que los motores de la serie WS, de empuje vectorial, fuesen instalados en los futuros cazas furtivos. Dichas plantas propulsoras todavía no son fiables y no desarrollan el empuje necesario.
Otro problema “chino” es que los especialistas en resistencia de materiales todavía no han logrado aumentar la vida útil del WS-10A.

Salta a la vista que todos los prototipos J-20 tienen distinta forma de la parte delantera, del empenaje horizontal delantero y la superficie móvil en el borde de ataque. A juzgar por todo, los diseñadores de Chengdu no han encontrado un compromiso óptimo entre las características aerodinámicas y furtivas de la aeronave.
 
Mientras tanto, según la Fuerza Aérea china, el avión de quinta generación de desarrollo nacional estaría operativo en el período 2017-2019.