A través de una tecnología implantada en las credenciales de identificación estudiantil conocida como Sistema de Identificación por Radiofrecuencia (RFID, según sus siglas en inglés), los profesores del distrito Bexar County podrán seguir los pasos de unos 6.000 escolares.
En caso de tener éxito, la iniciativa podría abarcar extendiéndose posteriormente a 112 escuelas de Texas y a sus casi 100.000 estudiantes.
Los partidarios del programa esgrimen que se trata de una medida bien intencionada y que, en realidad, podría atraer
millones de dólares de fondos adicionales para fines educativos. El portavoz del distrito de San Antonio explicó que el colegio quiere "aprovechar el potencial de la tecnología para hacer los colegios más seguros, saber dónde están los estudiantes durante la jornada escolar y al mismo tiempo aumentar los ingresos".
Los microchips también permitirán a los profesores saber quién está en el cuarto de baño y por cuánto tiempo, así como monitorear los hábitos de los grupos de estudiantes. No obstante, quienes critican la iniciativa aseguran que podría resultar peligrosa si, por ejemplo, datos sensibles cayeran en manos equivocadas.
Peor el remedio que la enfermedad
Programas similares que ya se han probado en otros colegios en los últimos años despertaron la indignación de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, según sus siglas en inglés), que logró frenar en seco la iniciativa en varios centros.
"Estamos instando a la junta escolar a que reconozcan la preocupación por las libertades civiles
esenciales y los riesgos de seguridad que implica la tecnología RFID", escribió Nicole Ozer de la ACLU en un comunicado de 2005.
"Las credenciales con el sistema RFID ponen en peligro la seguridad y la protección de los niños, ya que puede comunicar la identificación de escolares a cualquier persona con un lector de chips y someterlos así a seguimiento", agregó.
A pesar de que ese tipo de tecnología ha avanzado bastante en los siete años transcurridos desde entonces, eso no ha mermado la preocupación de quienes oponen a la medida, que siguen siendo las mismas.