Servicios de seguridad rusos revelaron la verdad sobre el cráneo de Hitler
El representante del servicio de seguridad de Rusia respondió a la publicación de los resultados de la prueba de ADN del cráneo de Adolf Hitler. Científicos estadounidenses afirman que el cráneo, guardado en archivos estatales de Rusia, pertenecía a una mujer.
Al responder a los escépticos, el archivero jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB) teniente general Vasiliy Khristoforov, afirmó categóricamente que los restos son verdaderos y contó cómo la KGB destruyó el cadáver del dictador fascista casi por completo. Según Khristoforovl, los restos fueron cremados en 1970 y las cenizas fueron lanzadas a un río de Alemania de Este.
Agentes que actuaban bajo las órdenes de Yuri Andropov, jefe de la KGB de aquel entonces, exhumaron los restos de Hitler, de su esposa Eva Braun, y de la familia de Joseph Goebbels. Los oficiales sacaron los restos de la tumba, situada en el territorio de la base militar soviética en Magdeburgo. Andropov aconsejó a dirigentes de los partidos de la URSS eliminar el cuerpo antes de transladar la base de la Alemania Oriental.
En abril de 1970 Andropov escribió un informe en que afirmó que "los restos fueron quemados en un terreno baldío en Schoenebeck, a 11 kilómetros de Magdeburgo, fueron reducidos a polvo, recogidos y echados en el río Biderits".
En una entrevista a la agencia de noticias Interfax el general Khristoforov indicó que los restos de Hitler fueron destruidos para asegurar que los seguidores de los nazis no trataran de canonizarlo. "Tenemos que evitar a toda costa la de aparición de un culto... hay personas que profesan la ideología fascista, por desgracia, incluso en Rusia".
Los restos de Hitler fueron puestos a Magdeburgo a principios de 1946 después de ocho meses de desplazamientos. Los cuerpos de Hitler y Braun fueron quemados apresuradamente el 30 de abril de 1945 en Berlín, cerca del búnker del líder nazi.
Cuando los soldados del Ejército Rojo llegaron al búnker encontraron dos cadáveres calcinados junto a los cadáveres de Goebbels y su esposa. Al principio los oficiales rusos tenían dudas sobre si el cuerpo pertenecía a Hitler y por eso lo enviaron a un hospital de Berlín.
Los expertos encontraron la dentadura del cadáver y en él fragmentos de vidrio, señal inequívoca de uso de una cápsula con cianuro. Los testigos que se encontraban en el búnker declararon durante un interrogatorio que Hitler se suicidó con un tiro.
Es probable que incluso el mismo Stalin se confundiera con las contradicciones de los informes. Tanto el grupo de contraespionaje SMERSH como los destacamentos de la NKVD conservaron los restos. Cada vez, al pasar de un lugar a otro, se trasladaba el cadáver de Hitler en un ataúd de madera hasta las afueras de Berlín, y luego otra vez después de la comisión de investigación fue enviado a Magdeburgo.
La mandíbula de Hitler y un fragmento de su cráneo fue enviado al Kremlin y el resto del cuerpo se guardó en una base soviética en Magdeburgo hasta la decisión de entregar ese cuartel al Ejército de Alemania Oriental.
En septiembre de 2009, los profesores de la Universidad de Connecticut declararon que, según un estudio de ADN, el cráneo pertenecía a una mujer de cuarenta años. El general Khristoforov afirma categóricamente que el FSB no tiene ninguna razón para dudar sobre la autenticidad de los fragmentos. "Son reales. Ellos son pruebas documentales de la muerte de Adolfo Hitler ".