Francia, Alemania, el Reino Unido, España y Australia son algunos de los países que han anunciado la expulsión de diplomáticos sirios en protesta por la masacre de Hula, que costó la vida a más de un centenar de personas el viernes pasado.
El Gobierno alemán, que ya expulsó en febrero a cuatro funcionarios de la Embajada siria sospechosos de haber espiado a militantes de la oposición en el exilio, comunicó que el embajador sirio, Radwan Lufti, deberá abandonar el país en las próximas 72 horas.
A esta acción se suma Francia, donde el presidente François Hollande dijo a los periodistas que “hoy o mañana” el embajador sirio dejará el país y agregó que en discusiones de alto nivel con el primer ministro británico, David Cameron, y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, decidieron aplicar medidas de presión a Siria, incluyendo la expulsión de diplomáticos.
El Reino Unido, Estados Unidos, España, Italia, Bélgica, Canadá, Australia, Bulgaria y Suiza también expulsarán a los diplomáticos del país árabe.
El anuncio de esta oleada de expulsiones se produce en medio de crecientes esfuerzos diplomáticos para poner fin al derramamiento de sangre en Siria.
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó la matanza de civiles en la aldea de Houla del pasado 25 de mayo e informó que como resultado murieron al menos 108 civiles, 34 niños entre ellos, y resultaron heridas 300 personas.