La administración de Barack Obama está dispuesta a recrudecer las sanciones impuestas contra Irán, en particular contra la Guardia Revolucionaria de la República Islámica.
Según informó el semanario Newsweek, el plan del Ministerio de Finanzas de EE.UU. prevé prohibir los negocios entre cualquier compañía estadounidense y la extensa red de empresas controladas por la Guardia Revolucionaria y congelará todas sus cuentas y fondos en Estados Unidos. Además, presionará a los bancos internacionales para que corten sus vínculos con esas firmas.
Según los datos de la Casa Blanca, la Guardia controla gran parte de la economía de Irán, sobre todo empresas de las telecomunicaciones, de finanzas y la energética nacional.
Según Newsweek, algunos representantes de este cuerpo incluso intervienen como inversores privados en países vecinos, por ejemplo en los Emiratos Árabes.
Las sanciones llegan justo cuando la economía de Irán atraviesa dificilísimos momentos tras un alza de los precios registrada este año. El gobierno del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, también impuso este año un impopular racionamiento de combustibles.
El Consejo de Seguridad de la ONU ya impuso dos tandas de sanciones contra Irán por su negativa a congelar actividades de su programa nuclear. Sin embargo, los EE. UU. siguen presionando para que el órgano ejecutivo de las Naciones Unidas refuerce sus medidas contra Teherán.