La nueva iniciativa, que recibió el nombre de ‘Plan X’, está diseñada para abarcar cinco años y tiene un coste de unos 110 millones de dólares. Este verano el Pentágono ya espera las primeras propuestas experimentales.
Hasta ahora el departamento del Pentágono responsable del plan (el DARPA) se ha concentrado en ciberseguridad y defensa de los sistemas operativos interiores, pero ahora va a centrarse principalmente en la ofensiva y en proyectos que podrían ser útiles para ataques militares, como el bloqueo de las comunicaciones del enemigo antes de un ataque aéreo real.
Otro objetivo es crear un sistema operativo capaz de lanzar ataques y resistir contraataques. Los oficiales del Departamento de Defensa comparan a este sistema con un "tanque blindado virtual". En su opinión, los sistemas que existen ahora se parecen a vehículos deportivos: son buenos para carreteras pacíficas, pero demasiado vulnerables para funcionar en campos de batalla.
Asimismo, van a intentar producir un algoritmo que permita usar escenarios planeados de antemano en caso de un ataque o contraataque para no tener la necesidad de que operadores humanos tecleen un código manualmente, un proceso considerado demasiado largo.
"Si pueden hacerlo, será un logro muy considerable", dijo Herbert S. Lin, un experto en seguridad cibernética. "Si lo alcanzan, se acercarán al dominio del campo de batalla digital del mismo modo en que lo hacen en el campo de batalla tradicional".
“Es hora de ocuparnos del problema”, dijo un ex oficial de la Agencia de Seguridad Nacional. “Los demás países se preparan para la ciberguerra. Si nosotros no superamos nuestros límites, alguien lo hará”