En el undécimo mes de su Presidencia el mandatario estadounidense, Barack Obama, pasó el “límite simbólico” en su índice de popularidad. Por ahora menos del 50% de los ciudadanos de EE.UU. aprueban su actividad como presidente.
Las últimas semanas del año fueron las más tensas dentro de la primera etapa de Presidencia de Obama. Su decisión de mandar 30.000 soldados adicionales a Afganistán, así como su discurso al recibir el Premio Nobel de la Paz, no fueron aprobados por gran parte de la población estadounidense. Además, el nivel de desempleo que sigue siendo bastante alto en EE.UU, y la falta de suficientes cambios, prometidos por la nueva Administración estadounidense, también se reflejaron en la popularidad de Obama.
Hasta principios de diciembre el índice del mandatario sobrepasaba el 50%, aunque la semana pasada el índice bajó de ese “límite simbólico”. La compañía Gallup media, uno de los institutos de estudio de opinión pública más conocidos, publicó los resultados de su última encuesta, según la cual el 46% de los estadounidenses no están satisfechos con el trabajo de Obama, mientras que sólo el 47% está complacido con su política. En los últimos 70 años en los que se han realizado estas encuestas, ningún gobernante estadounidense fue tan impopular en el undécimo mes de su presidencia.
Aunque el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que no presta gran atención a los índices de popularidad que “oscilan diariamente y parecen cardiogramas electrónicos”. Mientras tanto, otras instituciones confirman el bajo momento de la popularidad de Obama. Entre ellos, los canales de televisión Fox News y CNN. Algunos medios de comunicación señalan que en cuanto a índices de popularidad Obama solo "adelanta" en un porcentaje mínimo al ex presidente George W. Bush, que dejó su cargo siendo el presidente más impopular en la historia del país.
Según David Copel, director de programas de investigación del Instituto Independence del estado de Colorado, “Obama dijo mucho y sigue diciendo sobre la esperanza y los cambios, pero ya no sabemos los detalles de cómo quiere mejorar el estado económico”. Copel apuntó que el mandatario estadounidense no tiene un profundo entendimiento ni un serio plan para la economía del estado. “Los índices de popularidad de Truman, Nixon y Bush también fueron muy bajos en algunos periodos, pero esto fue en periodos más tardíos de su presidencia”, señaló Copel.