Un auto del tribunal de La Haya al respecto ha sido adoptado este viernes. Indica que el segundo hijo del difunto líder libio Muammar Gaddafi podrá permanecer bajo custodia en Libia hasta que los jueces decidan, si las leyes internacionales les autorizan llevar a cabo este proceso, tal y como pretendían hacer.
Mientras tanto, Saif al Islam no se encuentra a disposición de las autoridades de Trípoli, sino en la ciudad de Zentén, controlada por un grupo de ex rebeldes que le están reteniendo como a un rehén. Se declaran dispuestos a entregarle a las autoridades centrales únicamente a cambio de un millón y medio de dólares prometidos por su captura y aún no endosados. Incluso el representante libio ante la Corte Penal Internacional, Ahmed Jihani, calificó de “normales” las demandas de los ex combatientes, puesto que se trata del precio acordado por el trabajo que han cumplido.
Además, durante todo el tiempo transcurrido desde la captura de Saif al Islam, Trípoli se ha opuesto al traspaso del acusado a La Haya. Las nuevas autoridades anunciaron en varias ocasiones que prefieren organizar un proceso en su contra en territorio libio.
El vástago más mediático del coronel Gaddafi se desempeñó durante los últimos años como presidente de la Fundación Gaddafi para el Desarrollo. Fue un influyente dirigente del antiguo régimen, pese a los escasos cargos oficiales que poseía. Se le imputan crímenes contra la humanidad, órdenes delictivas y la apropiación de bienes de otras personas.