Durante su intervención en la conferencia asiática de seguridad celebrada en Singapur, Panetta señaló que el plan para ampliar la presencia militar estará completado en 2020 y se llevará cabo sin que haya que construir nuevas bases y mediante acuerdos bilaterales con los países aliados de la zona.
"El principal objetivo es la proyección de nuestra fuerza en la región", dijo el jefe del Pentágono.
Mediante los acuerdos de cooperación suscritos, EE. UU. no sólo reforzará sus actuales alianzas militares con Japón, Corea del Sur y Australia, sino que también equipará con armamento y equipos de alta tecnología a los países del sudeste de Asia, especialmente a Filipinas, Tailandia y Singapur.
El plan del Pentágono para la región incluye mantener el número de portaaviones que actualmente están en la zona del Pacífico y apoyarlos con el 60% de los buques de la flota de las fuerzas navales estadounidenses.
Panetta rebatió la versión de que esta nueva estrategia persiga contrarrestar la supremacía de China en la región, de la que no solo es el motor económico sino que además emerge como la principal potencia militar. Además, aseguró que a pesar de los "problemas y recortes" del presupuesto del Departamento de Defensa, el Pentágono dispone del dinero suficiente para implementar el plan y cumplir los objetivos.
A la conferencia, denominada oficialmente Diálogo de Shangri-La y organizada por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), asisten más de 300 delegados de unos 30 países.
Sin embargo, el ministro chino de Defensa, Liang Guanglie no ha acudido al encuentro por asuntos, dijo, relacionados con la transición en la cúpula del poder del régimen.
Su ausencia, según algunos delegados, podría guardar relación con la postura de Pekín, contraria a la nueva estrategia estadounidense en la región Asia-Pacífico.