El presidente ruso recibirá al secretario general de la OTAN
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, se reunirá con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, durante su primera visita a Rusia, según anunció el Kremlin.
La reunión de Rasmussen con Medvédev debe inaugurar la nueva etapa de cooperación entre Rusia y la Alianza Atlántica despues de la ruptura provocada por el conflicto militar entre Georgia y Osetia del Sur en agosto de 2008. El 4 de diciembre las dos partes sellaron su reconciliación en Bruselas, pero todavía mantienen numerosas diferencias en materia de seguridad, la ampliación de la Alianza y la presencia de tropas rusas en Osetia del Sur. Entonces se firmaron varios acuerdos que allanan el camino para la reanudación de la cooperación política y militar, el análisis de las amenazas comunes y la reestructuración del Consejo OTAN-Rusia.
Aunque Rasmussen abogó por abrir una nueva página en las relaciones con Moscú, existen algunos asuntos en los que las posturas de ambas partes son muy distantes. Por ejemplo, Rusia insiste en que la independencia de Osetia y Abjasia, que reconoció en agosto del pasado año, es irreversible, mientras que los aliados insisten en defender la integridad territorial de Georgia.
En cuanto a la posible ampliación de la OTAN, Rasmussen afirmó que Ucrania y Georgia no están preparados para convertirse en sus miembros, pero la puerta no está cerrada para ellos. Para Rusia la expansión aliada cerca de sus fronteras es una “línea roja” que la OTAN no debe sobrepasar si quiere mantener unas buenas relaciones con Moscú. Otro asunto es la iniciativa de Medvédev para elaborar el nuevo Tratado de Seguridad Europea, que ponga fin a los mecanismos heredados de la Guerra Fría. Varios miembros de la OTAN temen que este punto no sea sino un eufemismo del Kremlin para intentar obtener un derecho de veto sobre futuras ampliaciones de la Alianza.
Mientras tanto, existen terrenos donde hay un buen espacio de cooperación. Primeramente en el problema de Afganistán, ya que Rusia cedió su territorio para el tránsito de armas y tropas occidentales. Además, las autoridades rusas están muy interesadas en acotar la entrada de drogas procedente de Afganistán, que tienen en Rusia uno de sus principales mercados.