Álvaro Uribe es favorito para ganar las próximas elecciones en Colombia
El líder colombiano, Álvaro Uribe, continúa siendo el favorito para ganar las elecciones de 2010 si es autorizado a buscar su reelección. Sin embargo, su popularidad está bajando: ahora es seis puntos menor que en septiembre, según un sondeo divulgado por el Canal RCN.
Si las elecciones presidenciales en Colombia se realizaran esta semana, Uribe ganaría obteniendo el 57% de los sufragios. Este resultado es inferior en seis puntos al que Uribe obtendría el pasado septiembre, cuando la intención de voto para su candidatura llegaba al 63%, indican los sociólogos.
Según la encuesta, el segundo lugar de la intención de voto en este momento la ocuparía el senador candidato de la izquierda Gustavo Petro, con un 9%. Lo seguiría el independiente Sergio Fajardo, con un 5% de los apoyos.
En el caso de que los comicios se lleven a cabo hoy sin la presencia de Uribe como candidato a la Presidencia, la intención de voto favorecería a Juan Manuel Santos, ex ministro de Defensa y representante del Partido Social de Unidad Nacional, que alcanzaría el 13% de los votos. Al mismo tiempo, sin la participación de Uribe, el 8% de los electores votaría en blanco y el 18% se mostró indeciso.
El sondeo fue realizado en 26 ciudades y municipios del país. Este estudio, que cuenta con un margen de error del 3,1% y una confiabilidad del 95%, incluyó a 1.010 ciudadanos.
Álvaro Uribe Vélez, jefe del Partido Liberal, fue elegido presidente por primera vez en 2002. A los 4 años ocupó de nuevo este puesto. Se ganó el respeto por su política dura dirigida a los rebeldes del grupo FARC-EP (Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo), que libran una guerra civil con el Gobierno colombiano ya más de 45 años.
En septiembre pasado Uribe firmó una ley para someter a referéndum su reelección durante los próximos comicios, previstos para el 30 de mayo de 2010. La mayoría de los parlamentarios estuvieron en contra de esta reforma. Los oponentes del presidente le acusan de relaciones estrechas con Estados Unidos y no apoyan sus métodos de lucha contra la narcomafia.